Nota de opinión

Hipócritas, cómplices y estúpidos o una Argentina con vida

En nuestro país los parámetros de lo justo están subvertidos. Acá se puede violar, secuestrar y asesinar a una víctima y no será ejecutado. Un político gobernante puede robar hasta cansarse y dejar al pueblo en la más perra pobreza, y tampoco será ejecutado. La excepción a la regla es aquel argentino que cumpla tres condiciones: la primera es que no pueda defenderse, la segunda es su imposibilidad de causarle mal a nadie y la tercera, que sea inocente. Ese argentino puede ser ejecutado bajo el amparo de la ley con el agravante que aún ni siquiera vio la luz del sol. 

Pero la hipocresía de la sociedad argentina se agudiza azuzada por los poderosos mediáticos y políticos, polemizando sobre los muertos por el terrorismo de Estado si fueron 7000 o 30000. O con los que murieron por esta supuesta pandemia contándolos diariamente como queriendo batir un truculento récord. Lo que nadie se atreve, es a contar esos argentinos condenados a muerte por la Ley 27.610 del 30 de diciembre del 2020. Ahí van los números de los asesinados: Ejecutados por acción directa del Estado argentino murieron 60.000 personas, número que llega a 180.000 cuando consideramos las muertes perpetradas en clínicas privadas como la Fundación Huésped o Casa FUSA, con sus socios en la provincia que todos conocemos. Basta con googlear «donde abortar en San Juan» para que aparezcan estos santos lugares. Gente que vive en el submundo del anonimato y que ganan plata por minuto. Lo correcto sería que en sus antecedentes profesionales apareciera la cantidad de veces que cada uno aplicó la ley 27610 y se pudiese medir el antipático récord. 

Siempre digo que es un plan y me tildan de conspiracionista. Pero mal que les pese, esto se gesta con una acción sistemática para desmontar las bases de la civilización occidental grecorromana-hispánica en reuniones como las de Bucarest en el 74, y luego vinieron Nairobi, El Cairo, Beijing y otras. Allí es donde también nace ese nuevo lenguaje que hoy usan con aires de suficiencia y esnobismo. Términos como «salud reproductiva», «planificación familiar», «paternidad responsable», «planificación segura», «derechos sexuales» nacen a instancias de dichos encuentros. Y hoy escuchamos tipos que hablan en los medios de planificación familiar, no para decir cómo una familia planifica la construcción de su casa o unas vacaciones sino para matar a uno que está por venir.  Con «planificación» esconden el acto de impunidad de matar un miembro de la familia. O cuando dicen salud reproductiva, no se refieren a tratamientos para poder procrear. El embarazo no es una enfermedad y lo que tratan es de evitar la reproducción, se entiende? Por eso detesto estos neologismos, porque la gente piensa que hablan de vida y es exactamente lo contrario y, leyendo un poco nomás, te das cuenta del infernal verso  que te meten con esto que está así planificado. 

Vuelvo a la ley 27.610 para refrescar memorias. No te comas el verso de esta gente, la elite política muestra diferencias periféricas siempre. O sea, se pelean por boludeces y te mantienen entretenido con eso. En temas de agenda, sólo se patean los talones porque son parte del mismo y gran negocio. La ley de pena de muerte a los inocentes, indefensos e inofensivos se aprobó con 55 votos del Frente de Todos, 42 del Juntos por el Cambio y 19 del Justicialismo. En cuestiones como el endeudamiento, la visión de la historia reciente o esto que estamos mirando ahora del control demográfico, coinciden sin problemas. Sólo se pelean por gerenciar la colonia. Todos hablan igual, todos son ricos, muchos zurdos disfrazados y otros derechosos bien vestidos. Lo que hay que ser y lo que el país necesita hoy son argentinos con pelotas enormes que no se presten al juego del globalismo y despierten al pueblo. Hay que aguantar hasta que «Venga un criollo a esta tierra a mandar» decía Fierro. Algún día quizás paguen los que dieron con su voto las herramientas para el genocidio, junto a quienes pusieron su profesión médica al servicio de la muerte y no de la vida. 

Antes de morir se lo escuchaba a Perón en el 74 hablar de «ajuste biológico», y el hecho de que ya estemos hablando de la eutanasia, es llamativo. El escenario en la argentina está listo, ya que el 80% de las clase pasiva tiene una merma mortal de su poder adquisitivo recibiendo 30 lucas mensuales (100 veces menos que la Reina Cristina que cobra 3 millones). Como ven, todo es muerte, nada apunta a la vida. 

Por eso y cerrando. Casi todos son iguales. En 12 años de gobierno K, Cristina Fernández no quiso tocar la ley para matar argentinos y de repente declaró que «su hija la convenció». Por su parte Macri, traicionó y se traicionó a si mismo. Recuerden que en el Congreso Eucarístico de Tucumán el ex presidente juró que defendería la vida desde la concepción y a posteriori, cerrando la reunión del G20 dijo sobre el tema ante los líderes del mundo «no hay vuelta atrás». Esos cambios repentinos y bipolares se producen porque entraron en el Nuevo Orden. No te comas el verso, que si es por ellos en unos pocos años, todos estaremos hechos mierda, pobres, brutos y felices de tener nada, tambaleando en la estupidez de creer que todo está bien. Seguiremos discutiendo los muertos del pasado mientras cientos de miles de argentinos mueren antes de nacer. Ante esto, o somos hipócritas, cómplices y estúpidos, o defendemos lo que nos queda en pie y con vida. Nos están reseteando y tenés que elegir…no te queda opción.

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