Nota de opinión

Son los chorros, o nosotros

Estoy harto de escuchar cómo justifican la delincuencia. Desde principios del 2000 en adelante, el sistema ha venido trabajando sin pausa para llegar a esto que hoy nos gobierna: el absoluto descontrol  y la romantización del delito. No sólo se da en charlas de café y los simposios mentirosos en el seno de la Justicia. Ese insoportable palabrerío planeado y creado a propósito, es un engaño que usan para no reconocer que los chorros y estafadores hacen lo que quieren porque las leyes lo permiten. Te versean con que ¨la inseguridad en Argentina es un problema complejo con múltiples causas interconectadas,  y que la pobreza y la desigualdad social son las principales. Además te dicen que , ¨la falta de oportunidades, la corrupción, la impunidad y la falta de confianza en las instituciones, así como la crisis económica, también contribuyen a este problema.¨ 

Los de memoria corta, creerán que la pobreza, la desigualdad social, la falta de oportunidades y toda la otra mierda que argumentan, es algo nuevo. Quieren que creas que eso sucede ahora y los que salen a robar son los ¨pobrecitos que si no roban, se mueren de hambre¨,  ellos, la fila de niños y sus mujeres.

Eso no es así, siempre hubo pobres, desocupados, desplazados, vagos, chorros y honestos. La diferencia es que las políticas sociales Nac and Pop de los últimos 20 años los mantenían con planes y dádivas, alejándolos para siempre de la cultura del trabajo. 

Es que ya tocamos fondo. Nuestras casas son verdaderas fortalezas con rejas, alarmas, boyeros, cámaras, paredes más altas, perros entrenados, seguridad privada y grupos de vecinos conectados vía WhatsApp. Los municipios y el gobierno compran móviles nuevos y algunos son hasta blindados, pistolas Taser y motos superpotentes. Pero la realidad es que ya no podemos vivir tranquilos, nos robaron la paz porque a nuestros hijos les roban las mochilas, a todos nosotros los celulares, los ladrones hacen trabajo de inteligencia y siempre logran el objetivo. Entran a nuestros hogares y se llevan todo el esfuerzo y a nadie le importa nada porque saben que el sistema legal los ampara. Todo lo otro es cartón pintado. Nosotros los laburantes, no tenemos custodia personal, ni choferes ni nada…estamos solos en todo este bardo. Nadie te va a defender como debiera según esta circunstancia porque un policía no puede sacar un arma y disparar. Cuánto hace que no le disparan a un ladrón? más de 20 años, cuando el infame cagatintas Raúl Eugenio Zaffaroni propuso imponer una pena menor a quien le robe a un rico, o intentó eliminar la reincidencia, o no castigar los delitos irrelevantes, entre tantas otras aberraciones jurídidas. Su propuesta de un nuevo Código penal de 2012 se hizo por pedido de la entonces Presidente Cristina Fernandez a Zaffaroni, León Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, la jurista feminista María Elena Barbagelata y Federico Pinedo, todos confesos garantistas. De ahí en adelante, se cayeron las caretas de toda la horda de sus esbirros jueces en todo el país, raramente perjudicados por los delincuentes. A ellos no los tocan.

Por eso, que no nos sigan mintiendo. No les creo toda esta maraña de palabras porque ellos (ladrones, legisladores que hacen leyes que nos perjudican y quienes las aplican) siguen ganando. La cuestión parece que deberá desembocar irremediablemente con aplicar la legítima defensa. Me van a decir que es justicia por mano propia…pero no admito más ese verso. Son los chorros o nosotros porque sólo nosotros entendemos lo que es entrar a nuestro hogar y sentir esa sensación espantosa de que todo lo nuestro ha sido sustraído, la intimidad violada, los seres queridos maniatados y dañados. El auto, la casa, la oficina, la bicicleta, el negocio, la fábrica, el celular, las herramientas, la moto, nuestra libertad, nuestra lejana tranquilidad…nuestra vida!!!! todo se lo han llevado. Por eso basta, a otro perro con ese hueso.

Volveré a creer cuando los hagan mierda si roban, cuando los encierren y no salgan porque casi todos son reincidentes. 

Me he declarado junto a muchos, en  estado de defensa propia porque ellos no harán nunca las reformas legales necesarias para defender a la gente honrada. No lo harán porque de eso ni siquiera van a hablar. Sólo están en el Poder Legislativo Nacional para hacer lo que mandan sus líderes políticos e ideológicos, y nosotros los mortales estamos muy lejos de ese mundo. Estamos luchando por conservar lo que tenemos fruto de nuestro esfuerzo y nos calienta un corno sus pestilentes peleas tribales. 

Por último les dejo esta simple cuenta. En San Juan somos alrededor de 850.000 personas. De todos nosotros, cuántos serán los ladrones, rateros, carteristas, estafadores, violadores y otras yerbas? Serán 25 mil? O el doble…50 mil? Exageremos…100 mil chorros? Al lado del total, son un puñado y no voy a resignarme a que ese grupúsculo infame nos quite nuestra paz. Ellos son una minoría que usa el miedo y el amparo del poder a su favor y así dar vuelta la ecuación: los aterrados y  presos del encierro somos nosotros.

Así se siente uno después de un robo…todo es desolación, desamparo y bronca. Pues llegó la hora de patear el tablero como se pueda. Suerte con eso y que sea lo que Dios quiera.

 

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