Nota de opinión

Tranquilos muchachos que preguntar no es conspirar

Tuve siempre la inquietud de saber los «porqués» de todo. Mientras fui creciendo, más fuertes fueron las preguntas y más complejas las respuestas. Nunca fue una situación cómoda y menos aún desde que soy comunicador, pues esto me ha colocado a veces bajo rótulos que al tiempo generalmente caducaron ante la evidencia de los hechos. Llegada la pandemia a principios del año pasado, mi actitud no desentonó con lo que hice toda mi vida: Pregunté los «porqués» y me aboqué a buscar sus respuestas. Pero aquí se dio un fenómeno demasiado raro y que luego atando cabos, se transformó instantáneamente en un hecho impuesto, incuestionable y único. Vale decir, toda postura que significara poner en dudas lo ya aceptado sin objeciones esencialmente en los medios, se estigmatizó bajo el signo de la locura y de un día para el otro fui un  conspiranoico, terraplanista, antivacuna y un atentado a la Salud Pública. Lo llamativo es que los dardos llegaran desde quienes trabajan en medios de comunicación, valiéndose de invocaciones elípticas hacia mi persona, habida cuenta que soy, sino el único, uno de los pocos que propone la pluralidad y el debate en la provincia. No puedo resignarme al mandato que repiten incansablemente de que «la nueva normalidad llegó para quedarse siempre». Esto es una porquería de vida, en serio quieren vivir así? A menudo cuestiono si de verdad creen que mis preguntas están hechas para perjudicar a alguien en especial o a la gente común. Sin ir más lejos esta semana vi y escuché a uno decir que lo hago para desestabilizar al gobierno.  Debo ser sincero en ese punto especialmente: jamás fui censurado desde el Poder Ejecutivo por mi postura. Prueba de ello es que el pasado 25 de mayo personalmente y al aire en mi programa de radio en Estación Claridad, hablé con el gobernador Uñac (abiertamente y sin ningún inconveniente) sobre varias de mis dudas. Dióxido de Cloro, tratamientos alternativos…hasta de las vacunas y la diferencia que existe entre estar autorizadas de emergencia, y la aprobación final de las ya conocidas del calendario. Con total respeto mutuo, cada uno expresó su opinión y sin dudas tendré otra oportunidad de seguir con los planteos. Entonces, los mediáticos que quieren defender una gestión desde la ceguera y la obsecuencia atacando a quien piensa diferente, terminan perjudicando al gobernador ante los ojos de la gente que deduce una censura. Por eso lo aclaro e insisto: no he recibido condicionamientos oficiales en torno a mis preguntas. 

Para terminar entonces y a manera de respetuosas inquietudes, dejaré por aquí algunos de los interrogantes que «los conspiranoicos» nos hacemos cada día, mientras otros cuentan los muertos y exigen cuarentenas, abrazados a protocolos que no dan resultados y a un miedo que inhalan y exhalan cuando se enciende la luz en su micrófono. Las que vienen son las preguntas recogidas de profesionales que están gritando desde la otra vereda y piden ser escuchados, no para hacerse ricos sino para salvar vidas. En este caso la Magister Alicia Torres Secchi / Dr. Tomás Torres Aliaga . Yo se que es largo y puede resultarles tedioso, pero para criticar a un colega en tiempos de pandemia, no alcanza con una acusación y un dedito levantado. La ecuación de todo esto, es mucho más compleja que repetir todos los santos días datos de infectados y muertos, ocupación en terapia,  falta de camas, o la variante Delta. 

Es sólo para empezar y muy en general ,ya que de cada tema existe una biblioteca de interrogantes. Espero les sea de utilidad.

Sólo existe el Covid: Se presenta una sola causa de enfermedad (el virus), y se deja de lado la susceptibilidad personal y social del huésped o condiciones del ambiente. Ordenan que todos se cuiden de una única forma (encerrarse hasta que haya vacunas), desconociendo las particularidades anteriores; y priorizan la asignación de recursos (camas y respiradores) para los últimos días de evolución de la enfermedad, ignorando la historia natural de las enfermedades. Todo ello es tan poco científico como sería afirmar que los autos son la causa de las muertes en accidentes viales, prohibir su circulación o ampliar cementerios. ¿Por qué las principales medidas se sostienen únicamente en testeos de dudosa confiabilidad, y su aplicación y consecuente encierro afecta a la población asintomática? ¿Por qué nadie informa sobre cómo mejorar la susceptibilidad individual a las infecciones? ¿Cómo fortalecer hábitos y defensas naturales (alimentación, ejercicio, exposición al sol, vitaminas, abrigo, etc.)? ¿Por qué se prohíben actividades esenciales para eso? ¿Por qué cerraron servicios en lugar de ampliar el acceso a la asistencia médica y a estudios complementarios para precisar diagnósticos y no dejar sin tratamiento enfermedades similares? ¿Por qué se busca evitar el colapso de servicios asustando con el número de camas ocupadas en lugar de difundir los cuidados, tratamientos domiciliarios y signos de alarma que eviten internaciones innecesarias y peligrosas? ¿Por qué nadie formula hipótesis sobre las razones por las cuales la mayoría de la población, que no ha dejado de circular sin vacunas por más de un año, no se ha enfermado? En síntesis, ¿por qué, disponiendo de tantos medios y redes, existe censura para el debate o descalificación de opiniones diversas? ¿Por qué no se aprovechan para informar sobre cómo cuidarnos de sufrimientos relacionados mucho más graves o para disminuir el miedo, un mal ingrediente para prevenir y defendernos de las enfermedades?

2.La mayoría de las cifras y datos que se difunden para justificar las restricciones y clausuras como únicas alternativas posibles carecen de metodología y rigor científico elemental. Si es una enfermedad tan grave y desconocida, ¿por qué no se hacen ni se informan autopsias? Cuando se paga extra por atención de enfermos por covid, ¿por qué nadie cuestiona que se informe como única causa de muerte? ¿Por qué no se diferencian tipos de casos, con o sin síntomas, con o sin vacunas? ¿O por qué se insiste con el aumento de contagios y colapso de servicios sin comparar con años anteriores, sin precisar causas o tipos de internaciones? ¿Por qué no se explica la disponibilidad de camas en relación con el número de habitantes o a la cantidad de profesionales?

En síntesis, ¿por qué en la letanía diaria del número de contagiados y muertos no se explican las características de las muestras de referencia, los métodos de definición, o no son traducidos en tasas para poder compararlos? Todo es tan poco científico como un director médico de un hospital provincial de enfermedades infecciosas que en la radio respondió: «Aunque las vacunas sean experimentales y puedan tener efectos adversos, siempre es preferible vacunarse, porque el covid no tiene cura», silenciando que, a nivel mundial, más del 98 % de los enfermos se han recuperado.

3.Las principales estrategias a las que se apela para que la población se cuide y adquiera conductas saludables son los encierros, las prohibiciones, las sanciones y controles externos, que no las recomendaría ningún estudioso de las ciencias de la conducta humana. La psicología, la antropología, la sociología aportan múltiples evidencias de que las imposiciones sobre las necesidades vitales de las personas solo resultan en lo contrario a lo que se pretende. Menos se consigue si se hace a través de la profusión de protocolos carentes de lógica, equidad, que se modifican diariamente, y que quienes los imponen suelen no respetarlas. Amenazar con sanciones a reuniones familiares o encuentros de amigos en casas particulares parece tan absurdo como prohibir las relaciones sexuales para evitar enfermedades de trasmisión sexual.

¿Por qué se prohíben actividades sin información masiva? ¿Por qué el personal policial es quien habilita o no la vida cotidiana? ¿Por qué las autoridades locales aplican decretos y sanciones si refieren no compartirlas o no haber sido consultados? ¿Por qué otros países que han aplicado medidas similares lo hicieron a través de recomendaciones, o, cuando la situación exigió prohibiciones, lo hicieron a través de leyes democráticas y acotadas a breves periodos y lugares?

4.Finalmente, la única salida válida son vacunas experimentales que se aplican sin el «consentimiento informado» requerido para las investigaciones con seres humanos por principios científicos, éticos y constitucionales. ¿Por qué antes de vacunar no se explicita que es un procedimiento de libre elección, no se entrega un formulario que explique condiciones de aprobación de emergencia ni se solicita una conformidad escrita?¿Por qué  no cumplen con las obligaciones de los tratados internacionales sobre proteger la salud de la población

El covid-19 es una enfermedad grave que, como muchas otras, produce dolor y muertes. Los resultados sanitarios obtenidos por las actuales medidas, las desobediencias, el malestar social y los múltiples daños silenciados nos eximen de más fundamentos para afirmar que hay que revisarlas. Como suele ocurrir en toda mala praxis institucional, el mayor costo lo pagan quienes menos recursos tienen, entre ellos los trabajadores de la salud que no aparecen en los medios y con la mayor compasión ponen el cuerpo todos los días.

 

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