Nota de opinión

A veces la vida simplemente es difícil

Estoy medio cansado de empujar la idea de que «después de ésto, vamos a ser mejores». No deberíamos tener como excusa una pandemia para ubicarnos en la palmera. A veces la vida se pone difícil y cuando llegan las malas hay que sacar fuerzas de flaquezas  y hacer lo que se debe hacer.  Es  ahora el momento de dejar los memes de lado y pensar que hay que actuar como es debido. Todos…pueblo y Estado. Existe una sola manera de hacerlo y es siendo serios, pues hace rato que no lo somos. Venimos haciendo lo que nos viene en ganas: cortamos calles, rompemos y quemamos, insultamos policías, victimizamos al ladrón e ignoramos al robado. Pues bien, llegó la hora de hacer caso y acatar.  Pueblo ya basta con eso y Estado a poner las cosas en su sitio de ahora en más. Perdimos el sentido de obediencia  institucional y hay que respetar la investidura Presidencial y la de nuestro Gobernador. Se puede disentir sin ser agresivo como pueblo y se debe escuchar humildemente desde el gobierno.

El Presidente Fernández termina de anunciar cuarentena hasta después de Semana Santa y deberemos acatar, pero él sabrá entender que la cadena de pagos está rota, los cuentapropistas tocaron fondo y eso no se arregla con un bolsón de mercaderías. El Estado está transfiriendo totalmente la responsabilidad del contagio masivo al pueblo decretando el aislamiento preventivo obligatorio. Pero no habló de hacer testeos masivos ambulatorios y aislar sólamente a los grupos de riesgo, por lo que las obligaciones en la materia, parecen ser sólo de las masas. Ya lo hicieron países como Alemania, Suecia y Corea del Sur y lograron bajar el porcentaje de contagios y de víctimas. No lo digo yo, lo dice Paul Romer,  Nobel de Economía quien propone testeos masivos para frenar el coronavirus: «Es más barato que destruir la economía».  Esperaba que los anuncios reflejaran responsabilidades compartidas.

«Miserables»

Así llamo el Presidente a quienes despiden gente de sus empresas. Es que realmente se convierte en un acto desalmado echar personal por parte de aquellas empresas que aún pueden aguantar, pero las PYMEs no son Techint y no pueden pagar sueldos porque no generaron un solo peso. Bajo la idea de que «la economía se puede luego mejorar pero la muerte es irreversible», el Sr Presidente priorizó luchar contra el contagio masivo obligando a la gente a quedarse en casa, pero no habló de condonar impuestos que ahogan empresas que no pueden funcionar. La magia no existe y nuevamente las responsabilidades llueven en las nubes de los privados. A propósito: Igualmente injustos resultan los despidos masivos en PAMI y Anses donde han enviado cientos de telegramas. 

Por eso, y volviendo al título, no creo demasiado en esos mensajes redentores de los Manes y Stamateas para después de la pandemia. Eso de los cambios post traumáticos no va conmigo al menos en las cuestiones argentas. Está demostrado que no se aprende nunca nada, miren nomas como estamos, repitiendo los mismos errores de siempre. Ayer tratamos a nuestra primer contagiada de coronavirus en San Juan como una leprosa, la amenazamos y la condenamos. No aprendimos nada…si hay otro, lo vamos a putear de nuevo en vez de contenerlo.

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