Política y Economía

Los argentinos renuevan el Congreso que marcará la segunda mitad de la gestión de Milei

Los argentinos van a las urnas este domingo 26 de octubre para elegir diputados y senadores.

Con un sistema inédito de Boleta Única de Papel implementado por primera vez en todo el país, Javier Milei buscará hoy plebiscitar su gestión e intentará asegurarse el tercio necesario en el Congreso para bloquear a la oposición, defender su plan de gobierno y dotar de gobernabilidad al segundo tramo del mandato que en los últimos meses quedó debilitado por una severa crisis política. “Llegamos de pie a las elecciones”, aseguró el presidente el jueves en Rosario, en el cierre de una campaña que tuvo a La Libertad Avanza a la defensiva y que la Casa Rosada imaginó, meses atrás, en un contexto muchísimo menos adverso. Con una economía en recesión, una sucesión de escándalos que tuvo su pico máximo con el caso en torno al renunciado José Luis Espert y un gabinete en vilo por su inminente rediseño, Milei, que gobernó durante el primer tramo de su mandato sin mayorías, ni intendentes ni gobernadores, y repelió posibles aliados, se juega este domingo mucho más que la renovación de un tercio del Senado y la mitad de la Cámara baja.

Fuerza Patria, el frente del peronismo kirchnerista que mantiene a Cristina Kirchner como su principal referente, tratará, por el contrario, de contrarrestar este domingo a LLA y recuperar volumen político con el desafío incierto de volver a convertirse en una opción de poder real de cara a las elecciones presidenciales del 2027. A diferencia del oficialismo, que con acuerdos provinciales logró tener presencia en todo el país, el kirchnerismo cerró un único frente en 14 distritos, y en el búnker de campaña seguían en los últimos días con creciente entusiasmo el desempeño previsto para hoy en Santa Fe y, en mayor medida, en la provincia de Buenos Aires, el bastión principal del peronismo que concentra casi el 40% del padrón.

La elección provincial del 7 de septiembre en territorio bonaerense fue bisagra, no solo para el peronismo, y en especial para Axel Kicillof, que le ganó la pulseada al cristinismo y La Cámpora y le dio un espaldarazo a su proyecto nacional, si no también para el gobierno, que aceleró su crisis interna.

La contundente derrota, por casi 14 puntos, revivió a Fuerza Patria, y le abrió nuevas expectativas de cara a esta elección en simultáneo al desgaste del programa de gobierno y, en particular, del deterioro de la actividad económica. Del resultado de hoy se vislumbrará, por caso, la consolidación o no del peronismo K para el 2027. Y la vigencia, o no, de la expresidenta. Desde su departamento de San José 1111, talló activamente en buena parte de las provincias, incluida Buenos Aires, pero especialmente en distritos como Santa Fe o Salta.

CFK apunta a tener, después del 10 de diciembre, un bloque consolidado que se oponga a las reformas impulsadas por el Ejecutivo. El escenario post electoral abre, sin embargo, un dilema: la posibilidad de empezar a negociar, con la nueva composición parlamentaria, acuerdos vinculados con la integración de la Corte Suprema y otros cargos en la Justicia. Cerca de la expresidenta aseguran que está dispuesta a iniciar esas tratativas

La derrota del 7S sumergió al gobierno en una crisis política sin precedentes desde que Milei se hizo cargo del Ejecutivo, alteró los mercados y obligó al equipo económico a recurrir al Tesoro norteamericano, que desplegó un rescate inédito de al menos USD20.000 millones a través de un intercambio de monedas, que incluyó un encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca, un apoyo electoral irrestricto de su administración y hasta una muy novedosa y sorpresiva intervención del tesoro en el mercado cambiario local. Esa serie de movimientos colaboraron a administrar la volatilidad del dólar en plena campaña, un dolor de cabeza recurrente para cualquier gestión.

Con ese salvataje, Milei buscó en estos días ponderar algunos de sus logros de gestión, como la estabilidad inflacionaria y el orden fiscal, y desarrolló entonces una campaña de polarización con el kirchnerismo, particularmente en la provincia de Buenos Aires, un distrito hostil en el que el gobierno se replegó en el primer tramo de la campaña por el escándalo en torno a Espert, cuyos efectos buscó contrarrestar en las últimas semanas cuando decidió nominar a Diego Santilli como cabeza de lista.

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