Nota de opiniónSan Juan

Lo jamás publicado sobre el caso Tellechea, su lado oculto y los testigos en YouTube

No es fácil escribir sobre un tema del que durante dos décadas se han difundido públicamente los mismos datos y del que sólo se han escuchado los reclamos de los hijos por la aparición con vida de quien fuera su padre. Lo único mostrado hasta ahora es  que Tellechea descubrió manejos irregulares de dinero en la Mutual de la Universidad y que estaba dispuesto a denunciarlo. Desde el presente escrito, se pretende mostrar que como en todo, existe otra información que ha sido sesgada y evidentemente menos difundida. 

Cualquier familia de bien lucharía por saber qué sucedió, dónde está o si vive aún la persona que les dio la vida. Por eso es que la siguiente visión de los hechos no tiene como fin deshonrar, descalificar  ni menos aún menoscabar ese justo clamor, sino referirse a la otra arista del caso que no ha tenido difusión y que consta en el expediente del proceso investigativo que ha ocupado 20 calendarios.

Para enmarcar la otra historia, haremos un repaso de los hechos y su cronología.  El primero nos lleva a un lunes  27 de septiembre de 2004 en la sede de la mutual de la UNSJ, escenario en el cual se llevó a cabo una reunión solicitada por el asesor letrado del organismo Dr Ernesto Videla acompañado por los directivos de entonces y el Ing Tellechea. En esa ocasión se ponen de manifiesto una serie de irregularidades que tendrían como principal responsable a Tellechea, quien era el experto en informática en la Mutual de la Universidad Nacional de San Juan. Ante las evidencias presentadas, él las reconoce y asume sin ninguna resistencia,  solicitando que no se radique denuncia en su contra. La respuesta fue que se haría lo que la reunión del Consejo Directivo determinase y se llevaría a cabo el miércoles posterior, o sea el 29 de septiembre del 2004. Si allí se autorizaba la denuncia, ésta se haría a pesar del pedido del señalado. 

Fue en ese momento que el Ingeniero Tellechea desaparece de los lugares que solía frecuentar y su familia radica la denuncia para determinar el paradero dos días después, vale decir el 29 de septiembre del 2004.

Esa misma jornada y tal cual estaba previsto, el consejo Directivo resuelve en la reunión pactada, realizar la denuncia ante las pruebas exhibidas, por maniobras consideradas irregulares. Es así que el día 30 de septiembre el Asesor Letrado Ernesto Videla junto al Presidente de la Mutual radican la denuncia contra el Ingeniero Raúl Tellechea. Todo lo hasta aquí descripto , consta en el acta de la institución.

Ahora bien, luego de enmarcar la génesis, veamos el artículo del Código Penal por el cual se debate en este juicio. Se trata del articulo 142 ter que dice textual:

Artículo 142 ter: Se impondrá prisión de DIEZ (10) a VEINTICINCO (25) años e inhabilitación absoluta y perpetua para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas de seguridad privada, al funcionario público o a la persona o miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de cualquier forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona. 

La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte o si la víctima fuere una mujer embarazada, una persona menor de DIECIOCHO (18) años, una persona mayor de SETENTA (70) años o una persona con discapacidad. La misma pena se impondrá cuando la víctima sea una persona nacida durante la desaparición forzada de su madre.

La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y en la mitad del mínimo respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida.

El meollo de todo está resaltado en negritas: «PRIVARE DE LA LIBERAD» que es la acción típica de la norma y que es lo que se está dirimiendo hace 20 años en este juicio. O sea que la base de la discusión y el sustento mismo de este proceso, es justamente lo que no pueden demostrar, porque no se cuenta con absolutamente ninguna prueba. Luego de haber leído el fallo del Juez Lanciani, se desprende que efectivamente según aquella investigación, no existieron pruebas que incriminaran a los ahora señalados como posibles autores de la desaparición y terminó sobreseyendo a los denunciados por estafas y administración fraudulenta.  Vale decir que los acusados de hacer desaparecer a Tellechea no cuentan con ninguna prueba en su contra ni tampoco existen indicios sobre los argumentos que esgrime la defensa, que la estafa había sido perpetrada por ellos y no por Tellechea.

Los procesados son Luis Héctor Moyano; Eduardo Rubén Oro; Miguel Alejandro Del Castillo; Luis Angel Alonso;  Alberto Vicente Flores -ex policía- y Sebastián Cortez Paez. A su vez el Juez Federal Rago Gallo dispuso la falta de mérito respecto de Juan Marcelo Cachi, aunque luego volvió a ser vinculado a la causa como imputado en la misma condición del resto.

Por ello es justo al menos que el periodismo consigne luego de tantos años y cite los testimonios realizados por testigos y partes del juicio, que «aún no sabemos qué pasó…y que yo tengo la certeza pero no las pruebas» como lo dijo el propio fiscal Maldonado en la audiencia del 12/12/22. 

O cuando Mauricio (el mayor de sus hijos) en la audiencia del 7/2/23 manifiesta «qué ha pasado no lo sabíamos y no lo sabemos». Llama demasiado la atención también lo que dijo en la audiencia del 23/10/23 el representante de la defensa el Dr Esteban Cherbin quien hace un planteo por lo realizado en agosto del año pasado por el ya mencionado fiscal Maldonado ante la inscripción del nombre en cuestión en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas. Lo que resulta sugerente es que allí sólo se inscriben personas que se presume que están vivas. En la misma audiencia el fiscal dijo redondamente al respecto «…es que no sabemos lo que ha pasado con Tellechea». 

Otro testimonio es el de quien fuera su pareja Natalia Hobeika, que el 14/2/23 citó el que quizás sea el único argumento que mencione a Tellechea sin vida al relatar que, días después de la desaparición, su empleada le había referido que su hijo, quien era policía motorizado, le había contado que «habían encontrado a Raúl enterrado cabeza abajo y lo habrían trasladado en un taxi». En otro segmento de su declaración afirmó que «Raúl no usaba órdenes de la mutual», cuando en el expediente obran cientos de ellos donde se observan las irregularidades que se mencionan al principio.

Pero si hay un testimonio emblemático es el de la CPN Paola Ginestar, la Perito oficial que hace la revisión contable de la Mutual y determina el proceder fraudulento de Tellechea, «colocándose sueldos que no le corresponden y haciendo un manejo indebido de las ordenes».  con los papeles y expediente en mano lo dice ante la Jueza  con una claridad y contundencia implacables. (https://www.youtube.com/live/mly3V0dRF4M?si=mEoZaaaa6wHb0TKR)

Por último mencionaré un dato que el común de la gente seguramente ignora y es la cantidad de testimonios de personas que afirman haber visto con vida a Tellechea después de realizada la denuncia de su desaparición. Recordemos que la querella asegura que no se supo más de él, entre la noche del lunes 27 y la madrugada del martes 28 de septiembre del 2004, antes de las 8 de la mañana. En su declaración del 17/4/23 Sergio Santillán que trabaja en la Tintorería Real afirmó que el 28/9/04 lo vio caminando en la mañana por Libertador y Circunvalación. Por otra parte Juan Pablo Ruiz y Diana Castro declararon el mismo día 17. Ruiz afirmó que lo vio en Libertador y Rioja a las 12 de la noche del 27 de septiembre del 2004 y «que se puso nervioso cuando me vió«. Diana Castro por su parte dice que Tellechea estaba en la vereda de la Escuela Modelo en la mañana del 28 de septiembre dl 2004 lo que coincide con lo dicho por Santillán. 

Pero hay varios más que declararon ante la Justicia por lo mismo.

María Ines Brioni que dice haberlo visto con su hija en un viaje a La Plata. Carlos Recio que declaró haber visto a Tellechea el 29/9 caminando por un baldío en calle Rodríguez y Tucumán. Mirtha Navarro que trabaja en la oficina de Tránsito en la Terminal y afirma haberlo visto de saco marrón junto a otro hombre preguntando por pasajes a Rosario. Juan Manuel Escobar trabajador  en el Palomar y cuenta que lo vio en Libertador y Rioja el 27 por la noche (coincidiendo con Ruiz). Natacha González que lo conocía de la mutual afirma haberlo visto tiempo después de su desaparición con una mujer morocha. Elida Brizuela manifiesta que él iba «en actitud como ausente y con traje marrón» caminando por calle San Luis el 29/9.

Pero llama la atención también lo declarado el 19/12/23 por Nancy Vargas quien es Licenciada en Asistencia Social y empleada de la UNSJ desde hace más de 35 años. Dijo conocer a Tellechea pero nunca haber hablado con él. Viviendo ella en San Luis, alternaba sus tareas entre las dos provincias. Con lujo de detalles y sin titubeos, Vargas relata que «el viernes 1 de octubre de 2004 vio de cerca a Tellechea cenando en el Patio de Comidas de un shopping en aquella provincia. Se paró de su mesa, iba solo, con paso rápido. Le vi la cara de cerca y estoy segura que era él. Tengo muy buena memoria visual…cuando volví a San Juan la semana entrante me enteré que estaba desaparecido hace diez días. Le comenté a dos colegas (Miryam Galleguillo y Elizabeth Rodriguez)  y por su sugerencia, terminé declarando todo esto en el Juzgado.  

Todos estos testimonios y otros tantos no aquí mencionados sobre personas que vieron a Tellechea, están a disposición de quien quiera consultarlos en la plataforma YouTube. Allí también constan los relatos de los ex jueces que entendieron en la causa Eduardo Jacinto Gil que por entonces tenía a su cargo el Segundo Juzgado Correccional, y el de Agustín Lanciani que llevaba el Segundo Juzgado de Instrucción. El tercer juez que intervino fue Zavalla Pringles quien afirmó que «siempre tuve indicios de que estaba con vida». El análisis de estas declaraciones  de los tres jueces merece la redacción de nota aparte, ya que también muestran la otra cara del relato único hasta ahora escuchado, especialmente con el tema de la eximición de prisión y sobreseimiento dictado a Tellechea que al decir del Juez Zavalla Pringles tuvo por objeto «la aparición y comparecencia del Ingeniero«, lo que significa una aberración procesal sin precedentes.

El caso es pesado y añejo. Hay una familia que espera que la justicia pueda dilucidar lo que sucedió con ese padre. Y también hay otras seis familias que desde hace 20 años tienen una vida sumida al peso de una causa que los señala como autores de una desaparición y un asesinato, pero no hay un muerto.

Desde lo humano y cotidiano, fuera de tecnicismos propios de estos conflictos legales, practicar empatía con cualquiera de las dos partes es semejante a poner el corazón frente al calor del mismo infierno. 

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