Pedro Oris: el ADN de una pesadilla interminable
Uno de sus hijos fue molido a palos en el Hospital mental de Zonda. El joven enloqueció a los 16 años y fue internado. Su madre, Alicia Escudero fue golpeada ininterrumpidamente en los primeros meses de su embarazo hasta que logró escapar.
“No sirve, no piensa, no tiene arreglo y tampoco pastilla o tratamiento que lo recupere”. Así lo califican extraoficialmente a Pedro Oris desde el Servicio Penitenciario Provincial. En la historia de San Juan ya tiene ganada las páginas más siniestras de quien arruinó la vida a varias generaciones como así también a mujeres que hoy están devastadas por ese ADN.
Pedro Oris hijo (internado por estas horas en el Hospital Rawson) cuyo padre también molió a palos a Camila Bruzoti la pequeña que, por el milagro del cura Brochero, sobrevivió al terror de los golpes de Pedro Oris. Alejandra De Los Ríos fue una de las tantas parejas de Oris y sometió a su hija al terror. De tantos golpes que el monstruo le dio a Camila, la pequeña hoy padece una discapacidad severa.
Pero el siniestro sigue acumulando víctimas en su haber. Es que recientemente se casó en el Penal de Chimbas por lo que el martirio de ese reguero pronto se dejará ver y aún peor con los años… Su madre, su primera cómplice.
“Cuando Pedrito nació, su abuela no permitía que lo viéramos” cuenta a Estación Claridad Rosa Escudero, tía de Alicia Escudero. Alicia tiene 39 años y con Pedro Oris tuvieron un hijo del mismo nombre que desde sus 16 años es paciente psiquiátrico en Zonda.
En el relato de Rosa iba a venir lo peor pero no extraño a lo que Oris estaba acostumbrado a someter. “Alicia embarazada de Pedrito era obligada a dormir debajo de un horno a leña” contó quebrada Rosa.
Este miércoles a las 7 horas el paciente fue molido a palos por un compañero de sala en el Hospital psiquiátrico. Oscar Walter Herrera de 59 años iba a tomar un palo y en oportunidad de estar durmiendo el joven Oris, le propinó un palazo en el costado izquierdo de su cabeza. “Tiene el ojo izquierdo comprometido y su maxilar izquierdo quebrado en dos partes” dijo Alicia. Ahora esperan que su ojo se desinflame para operarlo, aunque tiene el rostro desfigurado. “Me reclamaba plata que le había robado pero nunca le toqué un peso” dijo Pedro a su madre Alicia en el Hospital Rawson. “Está consciente sabe lo que pasó, a qué hora y quién fue” dijo la mamá.
Uno de los jardines del Hospital mental de Zonda.
Herrera es inimputable porque no está en su sano juicio y para la ley Argentina el paciente no entiende la criminalidad del hecho por lo que no es responsable penal por los daños causados a su compañero.
La crónica que estremece, tal vez y en adelante se engrose tristemente de relatos por parte de aquellas mujeres que se mantienen en el anonimato pero que alguna vez engendraron el maldito ADN y hoy lo padecen de la misma manera que Alicia.
