Imágenes exclusivas: un reo agredió ferozmente a una mujer en el Penal de Chimbas
Se trata de Mario Sánchez. Tras hacer picadas en su auto, chocó y su novia murió calcinada en 2018. Un año después fue preso por manejar borracho y con una licencia trucha. Ahora atacó brutalmente a su ex pareja.
Para Mario Alejandro Sánchez la muerte de su novia María Angélica Rojas, fue en vano. En la madrugada del 15 de Junio de 2018 el mecánico estrelló su Volskwagen Bora a la altura del dique partidor San Emiliano. A bordo viajaba con María Angelica que murió calcinada tras el choque.
Sánchez lejos de reparar el trágico asesinato de su novia, volvió a manejar borracho. El 31 de agosto de 2019 fue detenido por un control policial. Manejaba borracho a bordo de una camioneta Amarok y con una licencia de conducir trucha.
Tras todo ese raid, Sánchez se puso de novio con otra mujer (por pedido de la víctima este medio reserva la identidad) y el lunes de esta semana la atacó violentamente en su celda del Servicio Penitenciario Provincial donde purga su condena. Esa relación y según dejó saber la mujer a Estación Claridad, «se terminó hace dos años».
De todas maneras la mujer llegó esta semana hasta el recinto carcelario porque Sánchez le había manifestado que tenía que entregarle unos documentos. El hombre le propuso a la mujer tomar mates a lo que accedió. Sánchez juntó la reja de su celda por lo que la mujer le pidió que la dejara abierta porque esos lugares le daban fobia, además de aclararle que no había ido a visitarlo para retomar la relación.
Esas palabras no cayeron bien en el criminal por lo que se le acercó y le comunicó a la mujer que le iban a dar prisión domiciliaria y que por ello iba a hacerle la vida imposible. La víctima le pidió al violento que la elimine de su tarjeta de visitas y ello fue el detonante para que Sánchez descargara toda su furia sobre la mujer.
Primero la tomó de los pelos y puso su cara contra la pared mientras que con la otra mano la sostenía fuertemente del pelo. «Me repetía que me haría la vida imposible. Empecé a gritar para pedir auxilio pero nadie me escuchaba» relató.
En el forcejeo pudo zafarse de las manos del agresor y salió corriendo por uno de los pasillos del pabellón hasta dar con dos guardia cárceles. «No solo me molió a golpes sino que intentó abusar de mí» dijo la víctima.
La denuncia por este hecho se radicó en la UFI CAVIG donde además solicitó prohibición de acercamiento.