Dos efectivos de la Policía de San Juan se quedaron sin trabajo por el mal desempeño en sus funciones. Es que hace unos 10 días sobre el mediodía, los uniformados se encontraban trabajando en el control policial de la localidad de Niquivil en el departamento Jáchal.
Durante el turno de trabajo llegó hasta el control un transportista de gaseosas y al advertir uno de los efectivos que el conductor tenía vencida la RTO del rodado, un cabo le ordenó a su compañero recientemente ingresado a la fuerza que baje dos pack de bebidas. Esa orden fue cumplida al pie de la letra y el policía escondió las bebidas (Fernandito y Paso de Los Toros) en el puesto de control.
Cuando el dueño de la distribuidora hizo el conteo y advirtió el faltante, el transportista le confesó a su patrón que para dejarlo pasar el control por la RTO vencida, los efectivos le habían pedido bajar los packs referidos.
El dueño de la mercadería decidió denunciar el hecho ante las autoridades judiciales de aquel departamento y un equipo de la UFI se dirigió hasta el lugar donde constataron el hecho.
La Secretaria de Estado de Seguridad y Orden Público decidió desplazarlos definitivamente de la fuerza a través de una medida segregativa que abarca dos posibilidades. Una de ella es la exoneración y establece que por un delito cometido (en este caso cohecho, coima) se despide al funcionario policial sin ningún tipo de haber.
La otra chance es la cesantía y establece el desplazo del policía con un haber de retiro mínimo que se denomina pensión.
Hoy un policía de la provincia recién ingresado percibe un salario que ronda los 600 mil pesos.