A los Pimpinela del peronismo ya no le interesan sus partidarios
Ante las internas que se vienen, los popes del justicialismo sanjuanino acordaron una vez más para su conveniencia.
Siempre dijeron que en los últimos tiempos no se podían ni ver y quizás sea cierto. Así como los hermanos Lucía y Joaquín Galán, que todos dicen que se odian pero siempre tienen que arreglarse para repartir las ganancias de su dilatada carrera. No se puede sentir afecto (pero tampoco prescindencia) cuando las partes comulgan en el mismo afán desmedido de poseer y son prisioneros de las mismas mezquindades. Gioja y Uñac fueron reyes intocables durante muchos años, y eso les aniquiló aquella humildad que mostraron en los albores de sus historias políticas. No se bancan pero se necesitan, es una relación amor-odio que sólo permite dar patadas hasta la altura de los tobillos.
Aquel hombre de hablar pausado y campechano que metía a la gente en el bolsillo a su antojo, se convirtió ahora en un esclavo de sus creencias de eternidad divina puestas en él mismo. Y por el otro lado, ese joven sano, recatado, llano y sonriente que invitaba de palabra a comer un chivo en un lugar imaginario de Pocito, es ahora protagonista de lo que siempre condenó en su archienemigo. Dicho así, no es difícil concluir que ambos comparten las mismas esencias, son iguales y están hermanados por la cola de paja y la ambición de poder.
Vienen las internas y los «Pimpiperonistas» acordaron en hacer Lista Unica, sin importarles nada los afiliados, ni los simpatizantes ni la vergüenza se estirar la agonía del PJ local con su presencia. Para que quede claro y dicho sin eufemismos, el peronista llano, el peronista seguidor, el joven peronista, el puntero, el militante raso o ese viejo peronista que aún tiene el retrato del General en la pared del comedor sobre el bargueño, ese peronista no los quiere ver más. Ellos no soportan la realidad a la que arrastraron al partido y no pueden entender que en nombre del peronismo hayan camuflado su roñería y miseria, ahora depositada en el administrador puesto a dedo para cumplir la palabra de ambos, Juan Carlos Quiroga Moyano. Aún no pueden digerir la elección de la indefendible Senadora de Uñac y ahora dan el golpe de gracia acomodando la interna.
Asi, todo el armado de Juntas Departamentales es una puesta en escena de gente que representa los intereses de otras, salvo honrosas excepciones como la de Carlos Munisaga en Rawson que busca hacer su propio camino con buena gestión en Rawson por dentro del PJ, al menos por ahora.
Los nombres desde «el ungido» para abajo en orden decreciente de autoridad son: Juan Carlos Quiroga Moyano, Graciela Seva, Fabián Aballay, Agostina Testa, Leonardo Gioja, Cristina López, Rubén Uñac, Maira Zepeda, Cristian Andino, Marisa López, Juan Pablo Gómez, Fabiola Aubone, Walberto Allende, Romina Ríos, Eduardo Cabello, Sonia Ferreyra, Dante Elizondo, Beatriz Gutiérrez, Mauricio Ibarra, Silvia Pérez, Joaquín Olivera, Marlen Hirsch, Alberto Hensel y Mónica Castro.
Es una manera de estirar la agonía del viejo PJ que fortalece a los disidentes confesos como Emilio Baistrocchi, quien los ha destrozado en una publicación de esta mañana dando definitivamente el portazo al PJ: