No hay más Hebe: una maza, un menor a la deriva y la complicidad de un sistema de locos

La causa por el menor que mató a una mujer adulta en la vía pública podría terminar rodando en el mismo círculo de la impunidad al que estamos acostumbrados. Gasto de papel, horas de trabajo de funcionarios y funcionarias judiciales y un sinfín de recursos que terminarán en un mero acto administrativo, uno más. Mientras tanto hay tres poderes del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial que vaya tarea tienen para la casa. Hasta ahora la terna siempre se la llevó a marzo.  

El dato último que estremece y que trascendió de las filas judiciales, es que en la última entrevista que el menor tuvo con un profesional de la salud mental, le habría hecho saber que quería terminar con la vida de alguien. Y ese deseo se ejecutó eligiendo al azar a Hebe.

En sus últimos pasos la mujer retirada de la Policía Federal se había dispuesto a comprarle un regalo a su único nieto que tiene meses de vida hasta que se topó con el desequilibrio mortal.

En los primeros minutos del hecho se pensó la fija, un robo arrebato, después se deslizó la típica de Netflix y sus series de sicarios y al final terminó siendo algo de locos. Y es lo que esta crónica trata de revelar para pensar seriamente que la locura está al acecho y mata en cualquier momento y en cualquier lugar.

Por estas horas ambos lados son escalofriantes en animosidad si hacemos el esfuerzo de saber de qué va el dolor de una familia. Unos que tienen por delante el desafío de sanar una mente patas arriba (eso duele mucho cuando de hijos se trata) y el otro, el entorno de Hebe que todavía no entiende porqué su destino fue la ferocidad insana. Esta última también enloquece.

El menor está en un hospital siendo evaluado y ese diagnóstico será el puntapié inicial en cuanto a la medida que determinará en las próximas semanas el juez de la causa. Mientras, se espera que se conforme desde la Justicia una Junta Médica que le haga un diagnóstico al menor y desde esa certeza decidir qué destino tiene el homicida.

Para quienes desean un castigo ya casi todos sabemos que no habrá. Tiene 15 años de edad y es inimputable ante la ley, es decir no es capaz de comprender el delito que realizó ni por cerca sus consecuencias. Ni siquiera será indagado, solamente podrá ofrecer si quiere una declaración informativa en la que le preguntarán si desea relatar lo que hizo. 

Para entender mejor doy otro elemento: “mirá Mauricio (Mauricio Dávila, periodista de Estación Claridad es quien escribe esta nota) averigua si en la provincia tanto en el ámbito público como privado podes tratar un adolescente que te tenga un desorden mental. Con suerte un psiquiatra infanto – juvenil puede tratar a un adolescente una vez al mes.” dijo a este periodista un alto funcionario del Poder Judicial.

Y se corrobora fácilmente. Padre y madre del menor en cuestión dieron con una psiquiatra infanto – juvenil pero el diagnóstico fue errado. Y al momento del homicidio (sin saber aún sus progenitores lo que hacía el menor en la calle) también trascendió que la madre del chico se escuchó desesperada en una comunicación telefónica hablando con un profesional de la psiquiatría pidiendo ayuda o alguna alternativa de tratamiento y/o abordaje.

Podríamos hacer de esto un relato interminable. Solo le dejo dos mensajes por separado en una sociedad con elementos que ponen en peligro a unos y otros. La responsabilidad parental es tarea de todos los días y cuídese…