El efecto del calor frente al consumo excesivo de alcohol
Las bebidas alcohólicas afectan de modo negativo al organismo durante el verano.
En medio de la intensa ola de calor que afecta a la provincia de San Juan, Daniela Merlo, directora de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos del Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, emite una seria advertencia sobre el riesgo asociado al consumo excesivo de alcohol.
Es posible que esté al tanto de que no se debe beber alcohol cuando se está al sol, pero quizás no tenga tan claro por qué sucede esto o de dónde provienen estas afirmaciones. Desde la Dirección de Prevención de Asistencia de los Consumos Problemáticos, le contamos por qué el consumo excesivo de alcohol nos perjudica más en verano:
Riesgo de deshidratación
El riesgo de deshidratación es uno de los mayores problemas de las bebidas alcohólicas en verano. Y es que el alcohol tiene un efecto diurético que provoca que nos deshidratemos fácilmente cuando bebemos. Y si bien esto sucede durante todo el año, en verano los efectos son todavía más significativos.
El consumo de alcohol afecta a la producción de la hormona llamada vasopresina o hormona antidiurética, que lleva a la eliminación de un exceso de agua. Esta hormona es la que ayuda a regular los líquidos de nuestro organismo. De esta manera, el cuerpo libera la hormona para que el riñón vuelva a reabsorber el agua y nos mantengamos hidratados. Pero si se toma alguna bebida alcohólica, esta inhibe la producción de la hormona y como resultado, se pierde gran cantidad de agua.
Si eso no fuera suficiente, las temperaturas elevadas que se presentan en San Juan durante esta época del año provocan que transpiremos más; nuestro cuerpo pierde de esa forma mucho líquido, por lo que ambas situaciones, calor más alcohol, nos llevan a una deshidratación segura que puede provocar mareos, lipotimias y vómitos.
Golpe de calor
El alcohol tiene un efecto vasodilatador, acentuando el riesgo de sufrir un golpe de calor, debido a que el organismo no funciona correctamente y por tanto no pone en marcha el mecanismo de alerta sobre el ascenso de la temperatura corporal.
Cabe destacar que a mayor cantidad de bebida alcohólica, mayores son los riesgos. El cuerpo, al advertir que su temperatura es elevada, incrementa el calor interno para transformarlo en transpiración, con lo que consigue refrescar el cuerpo. Pero esto no funciona si se toman bebidas alcohólicas.
El cuerpo continuará su actividad frecuente, pero no tendrá agua suficiente para inducir la sudoración. Entonces, la temperatura corporal se dispara y alcanza niveles complicados que pueden provocar golpes de calor y problemas de tensión arterial. Otro de los motivos por los que el alcohol afecta y sienta peor en verano.
Accidentes al aire libre
Igualmente, hay que tener en cuenta que durante el verano aumentamos las actividades al aire libre. Si bebemos alcohol mientras hace calor y realizamos prácticas recreativas, nos ponemos en riesgo de padecer algún tipo de accidente.
Al beber alcohol, se elimina el llamado reflejo faríngeo o nauseoso del cuerpo, que es una reacción corporal involuntaria por la que la garganta contrae los músculos para evitar que entre algún cuerpo extraño. De modo que el alcohol impide que el organismo funcione adecuadamente, lo que conduce a que algunas actividades, como la natación, se tornen peligrosas.
La Dirección de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos hace un llamado a la responsabilidad individual y colectiva, promoviendo el consumo moderado y la hidratación adecuada. Ante cualquier síntoma de malestar, se recomienda buscar asistencia médica de inmediato.