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EE.UU.: por primera vez un Estado prohíbe los tratamientos hormonales para personas trans menores de 19 años

La legislatura de Alabama también aprobó una medida que exige a los estudiantes que usen los baños correspondientes a su sexo de nacimiento y prohíbe hablar de identidad de género y sexual en primarios

Alabama es el primer sitio de Estados Unidos que penaliza el uso de bloqueadores de la pubertad y de hormonas para tratar a personas transgénero de menos de 19 años. A tono con lo sucedido en otros estados gobernados por los republicanos, la legislatura aprobó asimismo una medida que exige a los estudiantes que usen los baños correspondientes a su sexo de nacimiento y prohíbe hablar de identidad de género y sexual en las clases de los alumnos más jóvenes.

Los detractores de las iniciativas critican las restricciones que impiden hablar de estos temas y dicen que son las leyes del «Don’t Say Gay’’ (No Digas Gay).

El gobernador republicano de Alabama sancionó las iniciativas el viernes y de inmediato sus opositores acudieron a los tribunales para impedir la entrada en vigor de las que restringen las medidas médicas.

Los republicanos dicen que estas medidas son necesarias para proteger a los niños y que las decisiones sobre las medicinas para cambiar de género deben esperar hasta que la persona sea adulta. Del otro bando, se afirma que los políticos están interfiriendo con decisiones médicas que corresponden a las familias y los médicos. Cathryn Oakley, de la Human Rights Campaign, que defiende los intereses de la comunidad LGBTQ, dijo que las dos iniciativas son “las leyes más antitransgénero de la historia”.

La así llamada “Ley de Compasión y Protección de los Niños Vulnerables de Alabama” considera un delito grave recetar o aplicar a toda persona menor de 19 años bloqueadores de la pubertad o tratamientos hormonales “con el fin de tratar de alterar la apariencia o de afirmar la percepción del o la menor de su género o sexo”.

Los legisladores dispusieron que violar esas leyes constituye un delito Clase C, lo que quiere decir que los médicos se exponen a castigos de hasta 10 años de prisión.

La ley, que entra en vigor el 8 de mayo, a menos que los tribunales dispongan lo contrario, prohíbe también las operaciones con el fin de alterar la apariencia de género, aunque los médicos dicen que no realizan ese tipo de intervenciones en los menores de edad.

La legislación de Alabama va más allá de las medidas aprobadas en otros estados. Arkansas fue el primero que prohibió las drogas para reafirmar el sexo, pero esa falta no constituye un delito penal. La ley de Arkansas fue bloqueada por un juez antes de que entrase en vigor.

El gobernador de Texas Greg Abbott ordenó que se investigue a quienes facilitan procesos de cambio de sexo bajo sospecha de que incurren en abuso infantil.

Oposición a la norma

Médicos, familiares y activistas dicen que los políticos están interfiriendo con decisiones que corresponden a las familias y a los médicos. Las medidas generaron críticas inmediatas de expertos médicos, del gobierno demócrata, del presidente Joe Biden y de familiares de jóvenes trans. Varios médicos dicen que la ley de Alabama va en contra de investigaciones serias y penaliza medidas médicas de rutina. Expertos en el campo de la salud dicen asimismo que los menores con disforia de género (cuando una persona no se identifica con el género con que nació) que no reciben tratamiento médico adecuado corren más peligro de tener profundas depresiones y tendencias suicidas.

La ley además requiere a los consejeros, profesores, directores de escuelas y demás personal que informen a los padres si un menor revela que cree que puede ser transgénero. También prohíbe al personal de los centros educativos alentar a los estudiantes a que les oculten información a sus padres.

La segunda parte de la ley sancionada por Ivey alude al uso de baños y la instrucción en las clases. La ley requiere a los estudiantes de primaria y secundaria usar baños para personas de distintos sexos y vestuarios que corresponden a su sexo de nacimiento, no al género con el que se identifican. También prohíbe a los maestros y otro personal del primer al quinto grado hablar acerca de la orientación sexual y la identidad de género “de una forma que no es apropiada para los estudiantes, según los parámetros del estado”.

Los detractores de la medida describen una iniciativa similar aprobada en la Florida, aplicable hasta el tercer grado, como la ley del «No Digas Gay’’.

Los opositores confían en que un juez acatará su pedido de bloquear la prohibición del uso de medicinas. Se espera que también terminen en los tribunales las medidas acerca del uso de baños y la instrucción en las aulas.

El Departamento de Justicia envió una carta a los estados advirtiendo que los esfuerzos por bloquear el acceso de los menores transgénero a atención que los ayude a establecer su género pueden violar leyes federales y protecciones constitucionales.

 

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