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Paradoja en las góndolas: Los precios congelados siguen aumentando

Las empresas apelan a estrategias como el lanzamiento de nuevos productos, las listas diferenciadas por canal y las entregas cuotificadas.

El congelamiento de precios que impulsa Roberto Feletti no logró detener los aumentos en las góndolas. En la última semana, la inflación en los supermercados alcanzó al 0,4% y de esta manera el acumulado en el último mes se ubicó en 1,7 por ciento, según el relevamiento que realiza el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, vinculado con organizaciones sindicales y cercano ideológicamente con el Gobierno.

Las subas fueron impulsadas por los alimentos frescos en general -y la carne en forma puntual- que no están alcanzados por el cepo que impuso la Secretaría de Comercio, pero los aumentos también se sienten en otras categorías que en teoría sí tienen sus precios congelados. Según el CESO desde la puesta en marcha del congelamiento las bebidas sin alcohol aumentaron un 3%, las mermeladas 3,4%, las pastas 2,9% y los alimentos congelados 2,5%.

Si se mira desde la óptica oficial, es verdad que la suba del 1,4% acumulada en cuatro semanas por los alimentos secos -que constituye el grueso de los casi 1500 productos con precios congelados- fue sensiblemente menor al 3% promedio al que venían aumentando en los últimos meses. Sin embargo, el resultado está muy lejos del objetivo que se había puesto la Secretaría de Comercio, especialmente si se tiene en cuenta que el estudio de CESO se elabora a partir de los precios relevados en los portales de venta online de los supermercados, que históricamente son los mejores cumplidores de los acuerdos y congelamientos de precios.

A la hora de explicar esta paradoja de las góndolas -los precios congelados siguen aumentando- en el sector reconocen que las empresas fabricantes y los distintos canales comerciales apelan a diferentes estrategias:

1. Listas paralelas

Cuando se consulta a los distintos jugadores de la cadena comercial -ya sean grandes supermercados o pequeños distribuidores- la historia se repite y lo único que cambia es el nombre del proveedor. “Los proveedores te llaman y te avisan que la lista de productos congelados se mantiene, pero lo que está por fuera viene con aumentos, incluso con artículos de la misma marca. Un paquete de fideos de una marca en una presentación se puede mantener congelado, pero otro de la misma marca pero ‘libre de gluten’ te llega con aumento de 6 o 9%”, explican en una distribuidora de alimentos.

2. Entregas cuotificadas

La política de listas paralelas -una con precios congelados y otra con aumentos- es acompañada por una distribución diferenciada y la “cuotificación” de las entregas. “Cuando te pasan la lista de los aceites, te aclaran que para acceder a los productos que tienen el producto congelado también tenés que comprar la misma cantidad de packs de los aceites con nuevo precio”, explican en una cadena.

3. La multiplicación de los lanzamientos

Fin de año es una época de lanzamientos de nuevas marcas y presentaciones. Sin embargo, esta vez el ritmo mayor de presentación de nuevos productos en las góndolas no se explica tanto por una cuestión de marketing sino por el congelamiento de precios. Como ya resulta otro clásico argentino, cuando aparecen los congelamientos en forma casi automática las empresas aceleran sus planes de lanzamientos con la mira puesta en burlar los controles

El boom de las nuevas presentaciones y reformulaciones no perdona a ningún rubro, pero se hace sentir con especial fuerza en las categorías donde el congelamiento de precios es más fuerte. Así en las últimas semanas llegaron a las góndolas nuevas marcas de yerba mate -con un precio promedio 10% por encima de las marcas de la misma empresa-, los maníes saborizados con ají y limón y las cervezas doble malta.

4. Aumentos diferenciados por canal

Es otra de las estrategias a las que siempre apelan las grandes empresas fabricantes. Como los supermercados tienen un poder de negociación mucho mayor (y en muchos casos, línea directa con la Secretaría de Comercio), a los proveedores les resulta mucho más fácil colar las nuevas listas de precios con aumentos a través de otros canales, como los supermercados mayoristas, los distribuidores independientes y -en el caso de algunas compañías como las cerveceras, algunas lácteas y las fabricantes de gaseosas- su propia de red de distribución.

La consecuencia de este doble standard es que en los últimos años se acrecentó la brecha de precios que separa a los grandes supermercados del llamado canal tradicional (almacenes, negocios barriales, autoservicios chinos). Las grandes superficies siempre fueron más baratas que los pequeños comercios, pero ahora la diferencia se disparó y se ubica en los 20 puntos cuando históricamente rondaba el 7 por ciento.

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