Nafta y gasoil: las cosas más insólitas que se pagan cuando se llena el tanque

Aplicar impuestos en los servicios energéticos son una de las prácticas más comunes en la que coinciden los intendentes de todos los partidos políticos y de todo el país. Por eso es habitual ver los tributos listados en las facturas de luz y gas, pero pasan casi desapercibidos en el precio de la nafta y el gasoil, que es lo que hace la diferencia en general en los valores en distintos lugares cercanos.

Según un relevamiento que hizo la Federación de empresarios de combustibles (Fecra), en el Gran Buenos Aires y alrededores, una estación de servicio paga en promedio hasta ochos tasas municipales. Entre los municipios que tienen más presión tributaria, se destacan Florencio Varela, con 14 tasas, y Junín y Balcarce, con 13. En la lista de los que menos tasas cobran están Morón (6), Tigre (6), Tres de Febrero (6) y Capitán Sarmiento (6).

El destino de lo recaudado por la mayoría de las tasas en general no tiene que ver con el sector, como es la tasa Covid 19, en Pilar; la tasa para la Conservación de calles no pavimentadas y la tasa para el Fondo de Fortalecimiento Institucional, en Balcarce; para la prevención ciudadana, en Campana; para el desarrollo infantil, en Mar del Plata; tasa por servicios directos e indirectos, en Bahía Blanca, y la tasa fija en concepto de protección ciudadana y emergentología, en Avellaneda.

Solo la tasa de Seguridad e Higiene, que cobran todos los municipios, representa como mínimo el 0,5% del precio final del litro de nafta súper. Cuando se suman todos los tributos, este porcentaje suele superar el 1%. Si bien puede ser una incidencia chica, la preocupación de los dueños de estaciones de servicio está en que cada vez son más las tasas que se le agregan a la venta de combustibles, en línea con el aumento de la presión tributaria que ocurre en las provincias y en la nación.

El año pasado, la pandemia derrumbó la recaudación de los municipios y hubo algunos que aplicaron aumentos de impuestos para paliar la caída de ingresos, aun cuando la mayoría de las actividades también estaban afectadas. Este es el caso del municipio de Morón, conducido por Lucas Ghi, que intentó aplicar un incremento del 140% en la tasa de seguridad e higiene, hasta que optó por una suba menor del 40%.

Las 14 tasas que cobra el municipio de Florencia Varela –que dirige Andrés Watson– son: servicios generales; derecho de habilitación de comercios e industrias, transferencias de fondo de comercio y/o cambios de titularidad (dependiendo los m2, la alícuota mínima es de 5,3%); inspección de seguridad e higiene (alícuotas de 1,56%); derecho de publicidad y propaganda; derechos de oficina; derechos de construcción; derechos de ocupación o uso de espacios públicos; inspección de motores, energía eléctrica, generadores de vapor y demás instalaciones; servicios varios; fondo de obras públicas; contribución por servicios de aguas y cloacas; fondo de auxilio de emergencia, y fiscalización de riesgo ambiental.

El año pasado, el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, eliminó 98 de las 130 tasas municipales que había, y logró mejorar la verificación del cumplimiento de las restantes y aumentar la recaudación. Para los combustibles, el municipio cobra seis impuestos: alumbrado, barrido y limpieza; servicios sanitarios; habilitación comercial; inspección de Seguridad e Higiene; comercialización en vía pública, y uso de espacio público.