Conciliadora respuesta de Isabel II a los bombazos de los duques de Sussex
Londres (EFE, AP y ANSA) – La casa real británica se mostró «entristecida» de conocer «en su plena dimensión lo duro que han sido los últimos años para Meghan y Harry» y además reconoció que los problemas que la pareja expuso en su explosiva entrevista del domingo son «preocupantes, especialmente el del racismo», por lo que «son tomados muy en serio y serán tratados por la familia en privado».
«Ellos y su hijo Archie siempre serán muy queridos miembros de la familia», subraya el conciliador y escueto comunicado del Palacio de Buckingham, exactamente 61 palabras que, según la prensa local, será «la única reacción oficial» a los «bombazos» disparados por el matrimonio en el reportaje concedido a Oprah Winfrey.
«Es un intento por demostrar la empatía que precisamente los duques de Sussex aseguraban no hallar en el Reino Unido», sintetizó un experto en la monarquía que añadió que acabó imponiéndose la posición de «no echar más leña al fuego» impulsada por la soberana Isabel II frente a la postura más dura del heredero al trono, el Príncipe Carlos y su primogénito Guillermo, que llegaron a la cumbre de «urgencia» celebrada en la noche del lunes con la exigencia de lanzar un contraataque que incluyera la revocatoria de los títulos de nobleza de los «díscolos» nietos.
Igual, un renglón de la respuesta de la Casa Real sembró dudas sobre la «denuncia» de la actriz norteamericana, pues señala: «Algunos recuerdos pueden variar».
CACERIA EN EL PALACIO
La denuncia de Meghan, que es mestiza, respecto a que un miembro de la realeza inquirió sobre cuál sería el color del hijo que aguardaban, desató una verdadera cacería por parte de periodistas y diarios para identificarlo.
«Exigimos saber quién», fue uno de los repetidos títulos de tapa de los rotativos. Lo propio planteó el opositor Partido Laborista, que reclamó investigar esta acusación.
Si bien las palabras de la duquesa -su marido exculpó a sus abuelos- causaron conmoción en todo el mundo, no sorprendieron a muchos británicos de color, como graficó el historiador David Olusoga, autor de una seria televisiva sobre este tema: «Este es un país que no quiere tener una conversación honesta sobre la raza».
De hecho, la cónyuge de Harry fue la comidilla de diversos columnistas que hablaban de su «ADN exótico» o describían sus orígenes en Los Angeles como «típicos de Compton» (barrio con una gran comunidad afronorteamericana) o afirmar que provenía de un barrio «lleno de pandillas».
EL PADRE NO LE CREE
Thomas Markle, padre de la actriz, afirmó sentirse «decepcionado» al escuchar la entrevista que dio su hija y negó que la monarquía «y los británicos» sean racistas. Asimismo, aprovechó las cámaras y micrófonos para destacar que la quiere «mucho» y que la hubiera apoyado de haber sabido que padecía problemas psicológicos, aunque le envió una advertencia: «Si no sé nada de ellos en 30 días, entonces haré otro relato a la prensa. Cuando se decidan a hablar conmigo, dejaré de hablar con los periodistas».
PELEA MEDIATICA
La onda expansiva se reflejó en la TV del Reino Unido, particularmente en el popular programa Good Morning Britain, donde dos conductores se pelearon alire, uno por criticar a Meghan y otro por defenderla. La discusión fue subiendo de tono y uno de ellos, Piers Morgan, abandonó el ciclo, que quedó interrumpido de manera abrupta, y poco después, renunció al trabajo.
ENCUESTA
Una encuestas de YouGov develó que el 36 por ciento de los consultados respalda a la Reina contra un 22% que le cree a la «rebelde» pareja.
