«En Suecia nada se prohíbe, todo se sugiere»

En comunicación con Claridad en las Noticias -Primera Edición-, Marcela Ventimiglia detalló cómo trabaja Suecia en torno a la pandemia que afecta a todo el mundo. 

Marcela es abogada, pero hace seis años dicta clases de español en la secundaria. Ella se fue del país en el 2006 y tiene dos hijos adolescentes. Como ha sucedido en todo el mundo, el coronavirus ha llegado a Suecia, pero la forma en que lo afrontaron fue distinta. Según comenta Marcela, solo se ha propiciado al distanciamiento social ya que se apuesta a la inmunización en masa, por lo que no es obligatorio estar en cuarentena o usar máscara o barbijo. 

«Jamás estuvo en peligro el sistema de salud, es más, pacientes de cuidados intensivos de Noruega están llegando al país. Acá no se testeaba en un principio a las personas, y solo iban a cuidados intensivos quienes estaban graves», detalló Marcela. 

Además comentó que en general están muy acostumbrados a que la palabra prohibición no exista, «nada se prohíbe, todo se sugiere. Obviamente ha habido gente irresponsable, como la hay en todo el mundo, pero se los ha puesto en su lugar. Los contagios son en los chicos jóvenes, donde para ellos no existe el Covid». 

Sobre el país y la cuarentena que atravesamos, la más larga del mundo, Marcela afirmó «hay falta de información por parte del presidente Argentino, ya que cualquier persona normal con un poco de razonamiento puede entender que es una pandemia que no va a desaparecer de un día para el otro y la vacuna no iba a aparecer en seis meses para salvarnos a todos. No se puede parar todo un país, hay que ser un poco coherente. Hay que poner en manos de los ciudadanos la responsabilidad de tomar la distancia social. El presidente no puede ser como una maestra jardinera, lo debe hacer uno mismo. No estoy de acuerdo con que tengan una cuarentena tan larga, no colabora ya que tienen un montón de contagiados y muertos. El Gobierno tendría que haber concientizado a las personas y dejarles la libertad para que decidan. No se puede ir de un lado para el otro, pero hay que tratar de encontrar una vuelta para que no sea prohibición definitiva. Un término medio debería haber sido mejor», finalizó Marcela.