Deportes

Las experiencias se viven para ser contadas

A un año del sueño mundialista de Estación Claridad en Barcelona.

Era la presentación internacional de Estación Claridad en un mundial de Hockey sobre patines, la responsabilidad y la presión era mucha, el esfuerzo humano y económico de todo un medio, estaba puesto en un equipo periodístico deportivo, que tenía la necesidad de trascender y aportar para el crecimiento del sueño de todos los integrantes de la 97.1.
Hace más de un año de los World Roller Games en Barcelona, este nuevo formato de disputa, de los mundiales de Hockey sobre patines para sub 19, senior masculino y femenino. Las sedes eran el Estadio Vilanova I La Geltru y el mítico Palau Blaugrana, en ambos escenarios estuvieron las voces de la “Clarita”, en los relatos: Maximiliano Castro y en los comentarios: José “torero” Martinazzo, palabra autorizada, para emitir una opinión del deporte, que tiene su cuna en nuestra provincia.
Hablar de José Martinazzo en el mundo de la bocha y el stick, es difícil, cuando no viviste la época dorada del hockey, este deporte colectivo, que le dio tantos títulos a nuestro país. Esa época donde el Cantoni supo albergar a los mejores del mundo y entre ellos José Martinazzo, aquellos que “peinan canas” dicen que no era muy habilidoso, pero era un goleador tremendo que no perdonaba a los “porteros”, que si la bocha quedaba en el área, el equipo rival de Martinazzo, debía sacarla de los piolines.
En estos tiempos también es difícil hablar de José, por su vida empresarial (cerro sus tres locales) y donde recibe cachetazos de muchos que no tienen memoria. Con esto no intentamos correr la mirada de la opinión pública y menos la de los empleados que lamentablemente se quedaron sin trabajo en plena pandemia. Nuestro fin es sólo la de contar la vivencia de Estación Claridad en la “madre tierra”, con un campeón del mundo.
Cuando comenzaba el sueño de Argentina en el mundial, también comenzaba el de la radio y de José, porque nunca fue comentarista en transmisiones deportivas, no tenía la terminología de los periodistas, desconocía los tiempos del comentario y más en el hockey que no da respiro. Se prendía el micrófono y sus nervios eran casi “visibles” al oído del oyente, debido al titubeo y tono de su voz.


Fueron más de 15 días de convivencia radial con José y en las primeras transmisiones, fueron difíciles para él, pero al pasar los partidos la dupla Castro y Martinazzo, se fue afianzando cada vez más. La voz del torero ya era imponente, se animó a predecir lo que podía pasar, aconsejo a los dirigentes de cambiar algunas reglas internacionales para atraer al público (ampliar las medidas de los arcos), “claro cómo te va atrapar una final del mundo, que termina 0 a 0” sentenció. Siempre comentó con el corazón y en su cabeza seguía siendo jugador, él se sentía uno más de la selección, nunca lo vi, ni escuche recriminarle nada a ningún jugador, siempre era aliento y sentía desazón cuando la bocha no entraba. Él vivía nuestro sueño, él era parte de nuestro equipo periodístico deportivo.
Fue y será una experiencia inolvidable, llegar al Palau, la casa del Barcelona, donde se respira Hockey sobre patines y ver a la gente de seguridad, no pedirle la acreditación de prensa, porque era el torero que volvía a España, ver a la gente que se acercaba en el entretiempo al balcón, donde calmábamos los nervios y la adrenalina del partido con un “pucho”, pedirle una foto y decirle por lo bajo “gracias por tantos goles, hoy te invito a cenar”.
José es de barrio, es ese que no necesita tanto formalismo para expresarse, es el que te dice “gordo me hiciste llorar con el relato, sos igual que tu viejo”, es ese que las tiene tan bien puestas, que no teme en decir públicamente, que fue un ludópata y que pudo salir.
Hoy sus empleados se quedaron sin trabajo, y será muy difícil de superar porque en estos tiempos parar la olla es casi imposible, pero José también se quedó sin nada, esa diferencia económica que pudo hacer como jugador , la invirtió en un comercio de indumentaria y tampoco está; perdió todo: Mercadería, Auto, Camioneta, vivienda. Quebró económicamente y emocionalmente, ahora el síndico y un juez decidirán como continúa el conflicto con los empleados, que tan desahuciados están.
La experiencia mundialista de Estación Claridad, fue inolvidable y más allá de no gritar campeón, la sensación de estar a la altura de los grandes y compartir 15 días con José Martinazzo, no se borrara fácilmente de las retinas, hoy José esta de rodillas, pero los goleadores siempre tendrán una jugada más. 

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