San Juan

La celosa guardia de San Carlos que pocos conocen

El control limítrofe impide por ahora la entrada al peor enemigo de la época.

El Coronavirus está en su etapa más agresiva y la cantidad de contagios diarios ascienden a velocidad estrepitosa. Lo más preocupante ocurre a pocos kilómetros de San Juan en la vecina provincia de Mendoza, allí el virus ya circula entre las personas y hay transmisión comunitaria. Estación Claridad viajó al núcleo del operativo sanitario más importante que se desarrolla a 68 kilómetros de la capital sanjuanina, San Carlos donde este jueves se registró una temperatura de 6 grados bajo cero.

“Acá no pasa nadie sin antes ser exhaustivamente revisado” dice uno de los efectivos de la Policía de San Juan en la celosa guardia que la fuerza de seguridad realiza todos los días las 24 horas.

Desde la cabina de control una policía escanea el DNI de un camionero.

Pero un error en el control a los camioneros, un dato mal registrado, un testeo mal hecho u otra desinteligencia en la cadena de responsabilidades, bastará para no diferenciarnos más de Mendoza. Por día la cantidad de camioneros que llegan a San Carlos superan los 500.

Un agente sanitario verifica la autenticidad de un certificado de hisopado a un transportista extranjero de paso.

Provienen de Mendoza, Jujuy y Buenos Aires entre otras provincias además de los que arriban de países como Chile, Bolivia y Uruguay entre otros. La queja recurrente es la espera en la ruta hasta que se habilita el paso y el control se pone operativo.

La Policía está en el lugar las 24 horas con una veintena de efectivos que cada día controla hasta el mínimo detalle. Todos con barbijo y guantes de látex y atentos sobre todo. El esfuerzo es tal al punto que este diario supo que el GAM (Grupo de Apoyo Motorizado) transita 600 kilómetros diarios en ir y venir escoltando en burbujas de seguridad a repatriados que llegan a San Carlos, Bermejo y El Encón (corredores seguros) y luego son acompañados hasta el operativo sanitario apostado en la estación terminal de Ómnibus de la Ciudad de San Juan.

Salud Pública deberá redoblar esfuerzos y tener todos listo a las 8 horas. Pues este jueves el paso en San Carlos se habilitó una hora más tarde de lo previsto. “Son las 9:00 y la Policía nos informa que el personal de Salud Pública aún no está listo” dice a Estación Claridad un transportista mendocino, el primero en una fila de al menos 200 camiones.

Cuando el ok llega desde el puesto sanitario que se encuentra a unos 300 metros del control policial, los camioneros arrancan motores. A algunos se les complica porque durante la madrugada se les congeló el combustible.

Un policía da el ok al efectivo de cabeza de fila para abrir el paso. Ello ocurre 9:53 horas este jueves.

Los transportistas residentes en la Provincia deben acreditar dos hisopados (PCR) y dos test (IgG, IgM) con una frecuencia de 7 días cada uno y de modo intercalado.

Caso contrario Salud Pública realiza un hisopado (PCR) al momento del ingreso a territorio provincial debiendo en forma inmediata dirigirse a los lugares de alojamiento que le indique la autoridad para permanecer en aislamiento obligatorio por el tiempo que sea necesario y hasta que se obtenga el resultado de dicho estudio.

Camionero sanjuanino es hisopado en el control sanitario.

Los transportistas no residentes de San Juan que pretenden ingresar al territorio, deben presentar los estudios de hisopados (PCR) y test (IgG, IgM) que se le hayan realizado hasta el momento del ingreso, y además deberán someterse a un nuevo test (IgG, IgM) que se practica en los límites provinciales. En caso de resultar negativo, el mismo podrá ingresar bajo las condiciones previamente establecidas, disponiendo de un máximo de 24 horas para la logística de carga y descarga. Y si el test rápido resultara positivo, el transportista debe someterse a un hisopado (PCR), activándose el protocolo vigente.

Una vez habilitado el paso el camionero no tarda más de 20 minutos para el testeo o hisopado.

El primer camión de una fila de 200 avanza hacia el control policial.

Esta mecánica de control es modelo en el país y a las claras se refleja en los reportes que hasta hoy hizo público la autoridad sanitaria local. “No tenemos virus circulante” anuncian de lunes a viernes los responsables de Salud Pública de la provincia desde el inicio de la pandemia.

“Aquí no pasa nadie sin saber si es portador o no del virus” dice Fabio, uno de los agentes sanitarios encargado de abordar a los transportistas. Por su parte el principal Molina, uno de los efectivos asignados al control policial dijo que “no solamente custodiamos la zona sino que tratamos en lo posible de contener al camionero que de repente comienza a tocar bocina desde su camión para que se abra el paso”. Todos están muy expuestos y cada uno cumple su rol.

Un camionero brasilero de Uruguayana espera el ok de la Policía para avanzar hacia el puesto sanitario.

En ellos radica la máxima responsabilidad para que el virus sea detectado en ruta bajo condiciones meteorológicas extremas y haciendo el máximo esfuerzo para aún afirmar que en San Juan el virus no circula entre nosotros.

Miren al costado

Mientras todo ello ocurre, el cronista de exteriores Mauricio Dávila observa cierto movimiento al costado de la ruta casi inmediato al control sanitario. Un hombre va y viene en sus quehaceres entre medio de tachos con fuego, una vieja cacerola y una pava cuyo tizne apenas deja ver su forma. “Y usted que hace acá” pregunta el periodista a lo que Rubén responde “acá vivo, esta es mi casa”. Pasa desapercibido entre semejante movimiento descripto. Nada menos el hombre era antes de la pandemia y durante varios años uno de los principales abastecedores del sándwich de jamón que uno podía comprar en esa parte de la ruta.

Una casa rodante en muy mal estado y partida a la mitad se complementa con trozos de chapa, pallets de madera y otros materiales que le dan techo a Rubén. Por ahí también se deja ver la cocina que consta solamente de un viejo tacho de 200 litros con fuego que da calor a una olla y esa vieja pava. “A mí también me hicieron el test” dice orgulloso, afirmando y sintiéndose parte de lo que ocurre a escasos metros de él. Al menos la soledad no le pega, siempre y a distancia prudente, hay alguien para conversar en esta nueva normalidad. Ese sí que sabe de la luna y el sol de San Carlos donde a veces el clima congela o abrasa.

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