A 38 años del hundimiento del ARA General Belgrano: “Me salvé de morir en el Belgrano porque los ingleses lanzaron el torpedo cuando era el cambio de guardia”

“Todavía me causa dolor el recuerdo. Lo que más cala la herida es pensar en esos compañeros quemados, cubiertos de petróleo que agonizando nos decían mientras el Belgrano se hundía: no me dejés hermano. Eso no se puede olvidar. Son heridas que no se cierran”, contó Adrián Valdez, uno de los sanjuaninos que sobrevivió al hundimiento del ARA General Belgrano, hace exactamente 38 años.

Adrián era maquinista, trabajaba justo en el sitio donde impactó el torpedo que lanzaron los ingleses. Pero se salvó porque el bombardeo se produjo justo durante el cambio de guardia.

Hoy se cumplen 38 años de su hundimiento. Murieron 323 hombres de los cuales 21 eran sanjuaninos

Fue el 2 de mayo de 1982, alrededor de las 16, cuando la vida de Adrián cambió para siempre. El Belgrano navegaba en la zona de exclusión durante la Guerra de Malvinas y un submarino inglés le disparó dos torpedos. Uno de ellos fue directo a las entrañas de la embarcación, en el sector de máquinas. El otro torpedo, según contó Adrián, impactó en el sector de la proa sacándoles 15 metros.

“Iba camino a mi sector de trabajo cuando se produjo el impacto. Ese fue el motivo de mi salvación. En ese sector, el ataque se produjo a las 16, cuando era el cambio de guardia. Este fue el sector más afectado”, recordó el veterano.

“Luego del impacto empezó el proceso de hundimiento. A los 40 minutos se dio la orden del abandono del barco”, dijo. Entonces, empezó lo que para este sanjuanino sería el peor de los infiernos. Recordó un hecho traumático que fue ver a siete marinos tirados en el suelo, con el cuerpo totalmente quemado, cubierto de petróleo.

“Solo se le veía la parte blanca de los ojos. El resto del cuerpo estaba quemado. Eran tan graves las quemaduras que ni siquiera los podíamos mover. Ellos, al igual que nosotros, escucharon la orden de abandonar el barco, entonces escuché la frase que todavía resuena en mis oídos: hermano, no me dejés. Era muy difícil sacarlos, no los podíamos ni tocar, no pude hacer nada. De ahí en más, no recuerdo en qué momento aparecí en la balsa”, agregó el hombre.

Desde ese momento comenzó la odisea de los náufragos sobrevivientes. El tratar de seguir vivos en una balsa donde habían 21 marinos, uno de ellos muy quemado, recostado sobre los pies de los sobrevivientes.

Adrián recuerda cada detalle de lo vivido en la balsa. Contó que a eso de las 19 del 2 de mayo, un temporal los azotó. “Tuvimos que estar muy alertas porque teníamos miedo de que la balsa se diera vuelta. Recién en las primeras luces del 3 de mayo, el mar se calmó y nos dio un poco de tregua. Fue la noche más terrible. Ni siquiera nos habíamos percatado de que el marino había fallecido”, contó.

Así estuvieron unos 3 días a la deriva en el mar hasta que fueron rescatados. “Cuando se viven momentos límites como ese, primero hay esperanza, hacíamos todo por seguir vivos, pero no tardó en llegar la resignación para esperar indefectiblemente la muerte. A los tres días fuimos rescatados por el Destructor Piedra Buena”, dijo.

Los años que vinieron después no fueron fáciles para el veterano. El período de desmalvinización y la incasable lucha por los derechos, se transformó también en una odisea.

Malvinas, después de la guerra

En 2016, Adrián pudo ver cumplido su sueño. Ir a las Islas Malvinas. Si bien el veterano nunca llegó hasta allí ni estuvo en combate, si vida cambió por completo a causa de este conflicto bélico. Y uno de sus objetivos fue rendir homenaje a los que quedaron en el Cementerio Darwin.

“Fue una oportunidad que nos dio el Gobierno de la provincia y se lo agradezco. Además de rendir mi homenaje a los caídos, pude abrir y cerrar la tranquera del cementerio, cuando con otros veteranos fuimos a las islas. No se si fue cerrar heridas, porque el dolor sigue, pero al menos pude llorar en la tumba de mis compañeros”, concluyó Adrián.

El hundimiento del Belgrano

El hundimiento del ARA General Belgrano causó 323 muertes, es decir, casi la mitad de las bajas argentinas en todo el conflicto.

Esto causó polémica entre Inglaterra y Argentina porque se produjo fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico alrededor de las islas. Si bien el hundimiento se produjo a las 17, el primer impacto fue a las 16:02.

El buque se sacudió violentamente fruto de una poderosa explosión, seguida del cese inmediato de energía e iluminación que paralizó a los 1093 tripulantes.

A las 16:23 el comandante Héctor Elías Bonzo dio la orden de abandonar la nave. A las 16:50 la escora de 60° preanunciaba el hundimiento, y en 10 minutos el crucero fue engullido por las aguas del Océano Atlántico.

El rescate

Ni bien la noticia del hundimiento del Belgrano llegó al continente se organizó el operativo de rescate con 2 aviones Neptune, 1 avión Fokker, 1 avión Electra y los buques Gurruchaga, Bahía Paraíso, Bouchard y Piedrabuena.

Fue en la madrugada del 5 de mayo cuando los buques arribaron al Puerto de Ushuaia con los sobrevivientes, que luego fueron transportados por vía aérea hasta Bahía Blanca. La operación se extendió hasta el 9 de mayo.