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Cómo pudo ingresar el coronavirus a Mendoza

Un mendocino que vive en San Pablo tiene coronavirus y estuvo en la provincia antes de que le confirmaran el diagnóstico. Por eso hay docentes, familiares y amigos aislados.

Era un viaje de rutina, pero se transformó en un problema sanitario para cuatro países, una familia, una escuela y algunos desconocidos. Un mendocino que vive en San Pablo tiene coronavirus y cuando ya tenía el virus vino a la provincia, previo paso por Perú y Chile.

Ese hombre pudo ser, sin querer, un «vector» de ingreso del virus a Mendoza y por eso se investiga el “recorrido epidemiológico”. En el Ministerio de Salud tienen la sospecha que al menos uno de sus familiares contrajo la enfermedad porque estuvo en contacto directo y tuvo síntomas. Se trata de una mujer de 72 años, la madre del hombre, que ya está en buen estado de salud, pero sigue internada por precaución. Por la misma precaución toda la familia está aislada, así como seis docentes de una escuela y amigos.

El caso es paradigmático: ilustra cómo se transmite el virus de manera rápida y silenciosa, sin reconocer fronteras.

El hombre es ingeniero y vive en San Pablo. Según explicó el gobernador Rodolfo Suarez, el itinerario de viaje comenzó en México, aunque fuentes cercanas al tema explicaron a MDZ que en realidad el primer destino fue Perú. Pero antes de hacer las maletas tenía fiebre. A pesar de que la pandemia ya estaba declarada, no se hizo revisar y viajó sin diagnóstico. El destino principal era Mendoza, pero antes tenía otra escala: Chile.

Según la reconstrucción que hizo el Gobierno, el hombre estuvo en el país vecino y luego sí vino a Mendoza. Acá había alerta, pero relativa: se había puesto bajo revisión a todas las personas que venían de países donde había circulación confirmada del virus: China, Irán, Italia, luego Francia y España. Los pasajeros que venían desde Chile no tenían revisión particular. Pues esa fue la puerta de entrada de una persona que tenía el covid-19.

Una vez en la provincia, el hombre tuvo una vida social acotada porque volvió a tener síntomas. Estuvo en un almuerzo familiar en la casa de un hermano, una cena con amigos y hasta se mencionó un velorio. En Mendoza volvió a presentar síntomas, pero no se hizo atender hasta que volvió a San Pablo. Allí le dieron el diagnóstico: tiene coronavirus.

Desandar el camino

Con la confirmación en la mano, llamó a Mendoza y alertó. La familia allí actuó con responsabilidad y alertó a las autoridades. Entonces hubo que desandar el camino para averiguar quiénes estuvieron en contacto directo.

Una familiar es docente de la escuela Alicia Moreau de Justo, en Lavalle. Y ella estuvo en contacto con otras 5 docentes. Allí aparece otro dato clave: las clases ya se habían suspendido por precaución y por eso la mujer no tuvo contacto con ningún niño y con muy pocas personas.  Todas fueron aisladas y la escuela cerrada por completo. Lo mismo pasó con algunos amigos, en particular uno de ellos.

Fuera de control quedan los espacios públicos donde estuvo como el aeropuerto de Mendoza y locales comerciales donde pueda haber estado. Sin embargo, como ya tenía malestar general, la familia asegura que no salió a ningún lado más allá de la casa de los familiares.

El caso sirve de ejemplo gráfico para ilustrar cómo se puede expandir la transmisión del virus sin control y por qué es importantes cumplir con el aislamiento y los controles.

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