Mauricio Macri le propuso “una transición ordenada” a Alberto y avisó que seguirá en política
Tras una derrota más acotada de lo previsto, el Presidente prometió “estar para defender los valores” que trazó su Gobierno. También se comprometió a ejercer "una oposición sana, constructiva y responsable.
Todas las derrotas duelen, pero algunas menos que otras. Mauricio Macri lo aprendió primero en el fútbol y lo terminó de asimilar este domingo, en la elección que, paradójicamente, marcó el fin de su ciclo como Presidente.
Es que, aunque no le alcanzó para forzar la definición a un balotaje, tras 77 días traumáticos por la inestabilidad de la economía, logró un marcado e inesperado crecimiento de votantes y recortó sensiblemente los 17 puntos que le había sacado Alberto Fernández en las PASO, lo que, según entienden en su núcleo más cercano, le da un impulso adicional para lo que le resta de su gestión y lo posiciona de otra forma para la nueva etapa que inicia a partir del 10 de diciembre.
De ahí que el jefe de Estado mostró un semblante distinto cuando se subió al escenario para reconocer el triunfo del “presidente electo”, a quien le propuso iniciar “una transición ordenada que lleve tranquilidad a los argentinos”.
Lejos de aquella noche de caras largas de agosto, el mandatario aprovechó para avisar que va a intentar mantenerse en la escena política: prometió “seguir trabajando por el futuro de los argentinos ejerciendo una oposición sana, constructiva y responsable”.
Con un discurso de apenas diez minutos, Macri se encargó de enviar mensajes a todos los sectores. Agradeció a los que lo votaron, pero también aludió con tono conciliador a quienes no lo votaron, a diferencia de aquel lunes posterior a las primarias. “Quiero decirles que en mí siempre van a encontrar una persona que apuesta al diálogo. Siempre voy a poner el bien común por encima de cualquier cosa”, aseguró.
En ese sentido, contó que minutos antes de subir al escenario había hablado con Alberto Fernández. “Lo invité a desayunar a la Casa Rosada porque tiene que empezar un período de transición ordenada, que lleve tranquilidad a los argentinos, porque acá lo único importante es el futuro y el bienestar de los argentinos”, dijo, esforzándose por acallar los gritos de los militantes que se jactaban de la actitud de su líder, contrastándolo con lo que fue el embarrado traspaso de mando de 2015. Fue, al mismo tiempo, un gesto de cautela del mandatario ante la incertidumbre respecto a cómo reaccionarán los mercados.
En su alocución, Macri no mencionó al jefe de Gabinete, Marcos Peña. En cambio, agradeció a la vicepresidente Gabriela Michetti y a su compañero de fórmula, Miguel Pichetto, con quien acordó “seguir trabajando juntos”. Destacó a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal (“Deja la vara muy alta en la provincia”) y dijo sentir una“enorme alegría porque Horacio (Rodríguez Larreta) haya sido reelecto en primera vuelta” como jefe de Gobierno porteño.
Más allá de la importancia de retener la Ciudad de cara a la reconstrucción, el triunfo de Larreta le dio otro color a la noche de derrota. “Si en la semana nos daban a firmar esta despedida así, y con Horacio ganando, no había duda que firmábamos el 90 por ciento”, dijo un alto funcionario a Clarín.
Sucede que en el propio Gobierno había quienes admitían que la marcha del “Sí, se puede”, servía más para reforzar la autoestima que para captar nuevos votantes para dar el batacazo. Una instancia con la que, sin embargo, en algún momento, en el búnker, llegaron a fantasear.
Fue pasadas las 18, cuando desde la Quinta de Olivos, Macri grabó un mensaje para los fiscales de mesa, en un intento por levantarles la moral, atento a que Juntos por el Cambio no había encargado bocas de urna a nivel nacional y que los únicos números que habían circulado durante toda la jornada habían sido a pedido del Frente de Todos. “No les den importancia, no son datos oficiales. Quédense contando los votos. Vamos que la damos vuelta y eso depende muchísimo de ustedes”, les pidió.
Ese mensaje terminó por cambiar el clima que se vivía en el Pabellón 5 del Complejo Costa Salguero.
La expectativa se mantuvo hasta varias horas después de cerrados los comicios. Si en las PASO, a partir de la amplia diferencia que su equipo detectó en las mesas testigo, Macri había salido a reconocer la derrota cuando todavía no se había procesado ni un solo dato oficial, esta vez desde su entorno advirtieron -siempre en off- desde temprano que la estrecha diferencia ameritaba aguardar que la carga de datos fuera decisiva.
Así, Macri se asomó recién a las 22.22, con el 90% de las mesas escrutadas. Enumeró algunos de lo que -considera- fueron logros de su gestión, como el federalismo y la consolidación de la libertad, la república y la democracia, “Es una noche de emociones muy especiales. Nos han pasado muchas cosas, pero quiero decirles de verdad que esto recién comienza y, como les prometí, vamos a estar ahí para defender los valores en los que creemos”, buscó tranquilizar a su público y, también, advertir al kirchnerismo que “esto recién comienza”.