España en alerta por la contaminación por excrementos de cerdo
Los purines, una mezcla de excrementos líquidos y sólidos, son los responsable de la contaminación por nitratos de acuíferos y ríos. El crecimiento de la ganadería industrial hace que la situación sea insostenible.
La industria porcina intensiva en España está generando un desastre medioambiental sin precedentes.
Actualmente, genera 15 veces más excrementos que carne, una cantidad con la que podrían llenarse veinticuatro mil piscinas olímpicas al año. Estos purines, mezcla de excrementos líquidos y sólidos, son los responsable de la contaminación por nitratos de acuíferos y ríos.
Normalmente se depositan en miles de balsas al aire libre junto a las explotaciones ganaderas con el objetivo de utilizarlos para fertilizar el campo. El problema se produce cuando esas tierras reciben más purines de los que pueden absorber generándose problemas de sobrefertilización. El exceso de nitratocomponentes se filtra en la tierra contaminando los acuíferos que abastecen de agua a la población.
Uno de los casos más resonantes fue en Cataluña, donde se encuentra la mayor concentración de granjas intensivas de cerdos de la península y en consecuencia la contaminación por nitratos más alta. El 41% de los acuíferos de la región superan el límite legal permitido provocando que 142 municipios catalanes tengan problemas de acceso al agua potable.
Además de las filtraciones por una fertilización excesiva, también se producen roturas y el rebose de las balsas de purines cuando las condiciones climáticas son adversas. Los vertidos intencionados en ríos y en el alcantarillado son también frecuentes.
Mientras durante los últimos años muchos otros países han restringido su producción ganadera, en España, sin embargo, esta no ha dejado de crecer. Al contar con una legislación más laxa en materia de protección animal y medioambiente, las grandes empresas invirtieron y continúan apostando por establecer aquí sus macrogranjas.
En los últimos cuatro años la producción de carne de cerdo ha crecido un 20% convirtiendo a España en el cuarto productor mundial detrás de China, Estados Unidos y Alemania.
Las cifras demuestran que la ganadería industrial es completamente insostenible y está convirtiendo España en el estercolero de Europa. Tiene consecuencias desastrosas para el medioambiente, la salud de las personas y genera un terrible sufrimiento a miles de millones de animales.