Ricky Martin fue parte de la XVII Cumbre de los Premios Nobel de la Paz, que se realizó en Yucatán, México. El intérprete de «Vente pa’ ca» y «María», entre otros hits, obtuvo el “Premio de la Paz”. Al agradecer la distinción, el artista puertorriqueño alzó su voz a favor de la comunidad LGBT. Con su música cerró el encuentro realizado para la promoción de los derechos humanos.
«Como miembro de la comunidad LGBT, es muy sencillo, nosotros no estamos pidiendo más derechos que el resto de los ciudadanos, tampoco queremos tener menos derechos que el resto de los ciudadanos, simplemente queremos igualdad”, exclamó el cantante.
Ricky aprovechó la ocasión para enviar un mensaje para los miembros del Congreso de Yucatán, donde se espera un debate por el matrimonio igualitario. «Qué viva el amor y el matrimonio igualitario, ojalá que lo podamos ver en esta tierra próximamente, sería un problema menos para los gobernantes», sostuvo el boricua.
Al finalizar su discurso, el cantante se dirigió a los hombres y mujeres que luchan en el mundo por una sociedad más justa. “Queremos igualdad, es muy simple, a todos esos activistas que luchan por la igualdad les pido: no se rindan, sigamos pisando sólido, por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, sin eso no lograremos la paz”, siguió.
El recinto, que albergó a los Premios Nobel de la Paz, como a la guatemalteca Rigoberta Menchú Tum y al expresidente colombiano Juan Manuel Santos, vibró con aplausos desde que presentaron al cantante, pero aumentaron cuando comentó: «La raza, origen, orientación sexual y creencias deben ser respetadas por todos los Gobiernos que nos rigen. Me provoca mucha esperanza comprobar que las futuras generaciones se están formando a través de un espíritu de amor, equidad, justicia, tolerancia y compasión«, indicó.
«Juntos -añadió el cantante- podemos vencer la ignorancia y el atropello a la dignidad humana que nos niega el acceso a las mismas oportunidades de vivir en inclusión y armonía». Emocionado, agradeció el reconocimiento que recibió a nombre de miles de activistas «que me acompañan alrededor del mundo, quienes entregan su vida a la lucha por los derechos humanos y abogan por las víctimas de toda esclavitud moderna».
