Piedras, tiros, corridas, gritos, golpes, amenazas y denuncias cruzadas pasaron formar parte de la postal diaria con la que amanece diariamente un barrio del IPV. Los problemas son de vieja data y no tienen que ver con disputas entre vecinos sino que surgen por ataques constantes que los vecinos tienen documentados con pruebas. Los acusados directos están filmados y fotografiados pero ya no saben qué hacer para demostrárselo a la Justicia.
“Así nos tiroteó la casa el gordo Moncunil, así nos apedrean, roban, amenazan y tirotean” dijo una vecina a Estación Claridad este lunes desde el palacio de Tribunales.
Hartos de sostener esta riesgosa convivencia, hoy un grupo de vecinos recibió asesoramiento de un abogado quien les explicó que “con toda esa documentación deben asistir a la UFI Genérica y hacer una denuncia”. Pero las denuncias ya están hechas y datan de al menos tres años. Los denunciantes sospechan incluso de cierta “protección” ya que denuncian que “los Moncunil tienen familiares en la Comisarían 36 de Rawson y por eso siempre zafan”.
Otro de los pedidos a la Justicia debido los antecedentes de los Moncuni, fue una medida de restricción de acercamiento contra dos hombres de la familia Moncunil (padre e hijo). Esa medida vigente no se respeta y tampoco se aplican las penalidades por no acatar una resolución judicial.
Las denuncias solicitando el desalojo de la vivienda ante el IPV se acumulan desde hace años pero no hubo respuesta por parte de ningún gobierno. La problemática promete más episodios como los descriptos y los que ocurren cada vez son más violentos.
