Por ejemplo…Mario Castro

Esta semana se fue el ultimo de los grandes relatores que marcaron un estilo propio y una época. Con su partida se cierra un ciclo que protagonizaron verdaderas glorias de la radio sanjuanina.

A poco de haber empezado un nuevo emprendimiento radial, recuerdo haber recibido una llamada de Mario Castro donde me pedía una breve reunión. Una vez uno frente al otro, me dice «Quisiera saber si te interesa que arme un equipo de pibes jóvenes para que hagamos el deporte en tu radio. ..hay que generar una renovación y hay chicos que son buenos y tienen ganas. Decime cuánto me costaría el espacio». Así me reencontré en la vida con este hombre humilde que me abrazó emocionado cuando la respuesta que recibió fue: «Hermano, en tu casa no tenés que golpear la puerta, hacé lo que quieras». La reunión no duró ni 8 minutos. Él estaba trabajando en otro medio radial, pero lo habían corrido de escena sin mayores sutilezas. 

Mario Castro se lleva consigo una trayectoria impecable y todo el mundo lo sabe. Debió enfrentar a varios necios que no entendieron su carácter fuerte y un humor acido e imaginativo.  Pero no quiero hacer historia, ni escribir para evocarlo sin contarles que la partida de estos seres tan grandes, meritorios y únicos, no sucede siempre sin un prólogo lleno de tristes desencantos. Esos sinsabores que podrían no suceder, si quienes ostentan una mínima cuota de poder circunstancial, se movieran por la vida sin mala leche ni resentimientos.

La salud de Mario comienza a decaer notablemente cuando en la empresa radial en la que se desenvolvía lo desplazan del protagonismo del aire. Sin relatos, sin transmisiones, sin ejercer el lugar que había ganado con trabajo. Cosa que sus verdugos nunca conocieron. Adquieren los medios y creen que pueden cumplir sus ridículos planes sin evaluar quién es quién. Maestros del desprecio, del ninguneo, de la especulación en los pagos (demorando salarios y fraccionando aguinaldos) fueron carcomiendo su autoestima, llenando de angustias y fantasmas su vida. Un hombre joven de sólo 65 años que tenía mucho para dar aún, fue muriendo de tristeza. Si, claro que llega al viernes con problemas de salud inevitables, pero se volvieron inmanejables luego de tanto sufrir en carne propia el cinismo en su máxima expresión. Y a quien ponga en tela de juicio lo que aquí escribo, todo lo sé de boca del propio Mario quien más de una vez me contó parte de estos destratos. Por eso fue acertada la decisión de su hijo al no permitir la careteada de los propietarios radiales en la sala velatoria: «Si los veo por acá los saco a patadas» le respondió Maximiliano a una periodista de la empresa que tanteó el panorama.  

Todo este proceso encuentra su final cuando el domingo pasado (hace hoy una semana), a Mario comienza a faltarle el aire y termina en la Clínica Santa Clara. Llegó agitado sí, pero siendo llevado por sus hijos y moviéndose por sus propios medios, vale decir…entró caminando. Luego de esperar algo mas de 6 horas en una camilla en la guardia con oxígeno y una vía, logramos no sin discusiones con el Dr Vera, que lo pasaran a Terapia Intensiva. Allí comenzó a recuperarse hasta que los informes desde el miércoles no fueron tan alentadores. Finalmente a las 8 del viernes, al llegar a verlo sus hijos, alguien les pregunta

«Ustedes que necesitan?»

«Venimos a ver a nuestro padre»

«Ah no.. Su papá se murió a las 3 de la mañana. Les llamamos para decirle que lo intubamos y murió»

Así se enteraron que Mario había muerto. Dos llamados solamente a su hija que no tiene señal en su casa. Luego la pelea con el Dr Ferrero por el hermetismo de quién tomó la determinación de intubar, a pesar que otro colega que pagó aparte la familia les recomendó acentuadamente que no lo hicieran. 

Recuerdo en junio pasado cuando un médico fue agredido por un paciente. Fue una situación dolorosa con la que la comunidad hizo causa común, a tal punto que la Fiscalía se comprometió a trabajar en ese aspecto junto al Ministerio de Salud porque al decir de la Titular de esa cartera son reiterados los casos en que los médicos sufren estas situaciones. Pues bien, les he contado esto para que una vez…al menos una vez y tras la experiencia del entrañable Mario, los médicos también miren para adentro y hagan la autocrítica. Algunos profesionales de la salud no merecen estar frente a un paciente y deberían ser echados del sistema sin miramientos.

Así mueren a veces las personas…de tristeza y maltrato. Por ejemplo Mario Castro.

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