Nota de opinión

El condenable olvido de los otros enfermos

Desde hace casi un año, sólo existe el COVID 19. Una situación inédita e inconcebible que exige un golpe de timón.

Lo hemos venido marcando desde los primeros días donde advertimos que lo único atendible en salud es el coronavirus. Ir a un sanatorio u hospital por cualquier otra afección era excluyente: Si no «tiene síntomas de Covid, imposible. Todos estamos afectados a Covid». Respuesta fija. Todo lo demás dejó de tener importancia. A nadie le llamó la atención la monotematización de la cuestión de la salud, los medios sólo reproducen consejos de distanciamiento y barbijo. Las noticias sólo hablan de «reuniones y fiestas clandestinas» y sólo se cuentan los muertos por el virus y todos creemos que estar infectado es lo mismo que estar muerto. Eso nos metieron en la cabeza. Todos los días…absolutamente todos y a cada instante, se cuentan sólo los muertos por Covid, se describe a través de testimonios las peripecias que han vivido los que salieron del hospital. Y son incontables también la cantidad de muertos por otras causas a quienes en el certificado de defunción señalan que fallecieron por Covid. Las cifras de muertos e infectados diarios son a todas luces absolutamente mentirosas, y como gota que horada la piedra, ha ido agujereando la cabeza, el corazón y el alma de toda la gente. 

No se ha visto en la historia reciente un manejo tan perfecto de las masas. Le han hecho creer al ciudadano común, que ya no existe el cáncer, ni la influenza, ni el chagas, ni la pulmonía, ni la leucemia, ni los muertos por la delincuencia o por tránsito, ni los accidentes cardio y cerebrovasculares, ni el EPOC, ni la diabetes, ni el SIDA,  ni la tuberculosis, ni la diarrea, ni los suicidios.  Nada absolutamente nada más existe. Los gobiernos emiten comunicados brindando sus condolencias a los familiares de muertos por Covid, como si unos importasen más que otros. Y nadie lo dice, nadie se queja, nadie lo marca. 

Ante ello, es necesario gritar aunque más no sea desde éste humilde sitio, que en éste mismo momento, a ésta misma hora mientras escribo o leemos éstas ideas, hay personas que mueren por otras causas. Muchas personas, tus familiares, tus amigos, tus vecinos. Y no existe campaña de conteo. Ni de prevención, ni de concientización, ni vacunas .

Tal es el caso de Tadeo, un pequeño que está dando las ultimas batallas contra una impiadosa leucemia que lo ha sometido a un largo y doloroso tratamiento de quimio y radioterapia. Es sólo un niño que desde hace unos meses viene arrancando rezos hasta de las almas más escépticas, esperando desde cada invocación el milagro para su cáncer. Anoche su padre Mario Videla desde las redes, comentó que la ciencia ya no puede hacer nada 

La idea de éste escrito es casi utópica. Es pegarle un zamarrón a tu cabeza para que vuelva la piedad y la atención sobre todos los que podemos sufrir otras dolencias y podemos morir por otras causas, incluido vos y tus afectos. Es volver a creer que la lucha de Tadeo, vale tanto o más que la que se libra en una sala Covid con toda su parafernalia publicitaria. Es luchar por poner nuevamente las cosas bajo la luz del sentido común, vencer los miedos que nos tatuaron con tinta negra y tener el coraje de mostrar que todos los dolores merecen atención, una caricia y una plegaria. 

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