San Juan

Cien pesos en el Santa Clara: la última esperanza de vida para Melanie Castro

La joven de 18 años llegó con fuertes dolores de ovarios y hemorragias al centro médico. Un día después y sin recibir asistencia médica, falleció en su casa.

Son pobres y esa parece ser talvez la peor pesadilla en el medio de una pandemia. No tienen contactos, dinero y menos influencias para ser atendidos dignamente por el sistema de Salud, en este caso privado, que hasta cobra por no atender.

Melanie Anahí Castro Castañón llegó con su madre el pasado lunes 2 de noviembre cerca del mediodía hasta los consultorios del sanatorio Santa Clara ubicado en la esquina de calles General Paz y Mendoza, Capital. Su madre pagó 100 pesos para que su hija recibiera atención médica por sus fuertes dolores de ovarios y hemorragia.

Documento exclusivo de Estación Claridad. Recibo de pago emitido por el sanatorio Santa Clara.

La espera fue fatal. “Estuvieron casi todo el día lunes hasta la medianoche y decidieron irse” dijo a Estación Claridad Mónica Castañón, tía de Melanie.

¿Para qué hacer referencia al lugar? Para muchos no trae los mejores recuerdos. Cuando uno llega al lugar siente hasta cierta protección divina. Es que el isologo del sanatorio deja ver nada menos que a Santa Clara de Asís. En aquel convento de San Damián, germinó y se desenvolvió la vida de oración, de trabajo, de pobreza y de alegría, virtudes del carisma franciscano.

Pero adentro ocurre todo lo contrario. Tras abonar los 100 pesos, a Melanie no le quedó otra que asistir a una larga espera que fue en vano. La joven ni siquiera pudo soportar estar sentada y terminó acostándose en una silla plástica.

Solo las paredes de esa desesperante soledad fueron testigos de las miradas que hasta alucinaban ver un médico que llamara a Melanie para ingresar a un consultorio. “Llegó la medianoche y mi hermana Adriana decidió volver a casa” relata Mónica.

Y el martes iba a ser la última vez que Melanie viera la luz. Es que la ambulancia del 107 tampoco llegó al pedido desesperante sino hasta que se murió. Y así fue que el padre de la joven, Hugo Castro de profesión albañil, llegó el martes en horas de la siesta completando el grupo familiar. Melanie en brazos de su padre le dijo ya casi sin aliento: “Papá no puedo respirar”. Sin más, la joven se desvaneció y horas más tardes, cerca de las 18 horas personal del 107 constaba el deceso de la chica.

Antes de eso y aún la joven con vida, llegó al domicilio de calle Lemos y Sívori un patrullero de la Comisaría 6º de Rawson. Pero por protocolo no pudieron cargarla para probar suerte en otro centro médico asistencial.  

Pero lo peor estaba por venir. Un servicio fúnebre la trasladó hasta el cementerio Las Chacritas este miércoles por la mañana sin poder sus familiares velarla. Todavía quedaba la esperanza del último adiós. Pero tampoco lo pudieron hacer.

Cuando la familia llegó hasta el cementerio, Melanie ya estaba en un ataúd bajo tierra.

La familia acude por estas horas a la Justicia para la exhumación del cuerpo con el objetivo de que un médico forense determine el origen del deceso de la joven estudiante de la EPET Nº 3 de Rawson.        

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