San Juan

Policías y sanitaristas tienen «rodeado» al coronavirus en El Encón

A 120 kilómetros de la Ciudad de San Juan otro de los controles sanitarios transcurre con éxito.

No paran, no tienen descanso y ni la lluvia molesta a sanitaristas y policías que cada día encaran maratónicas jornadas de trabajo. Tras la habilitación de los tres corredores seguros a las 8 horas de cada día (San Carlos, Encón y Bermejo) se deja escuchar por parte de ellos: “hasta acá llegaste” en alusión al potencial riesgo de transportistas portadores de Coronavirus. Ahí está la primera barrera de contención que hasta ahora funciona de manera exitosa.  

De ese tono de voz desafiante viene la colocación de tres pares de guantes de látex, un barbijo N95, otro común, protección visual, una máscara y el EPP (Equipo de Protección Personal). En un precario escritorio bajo un gazebo apoyan todos los insumos necesarios para el testeo rápido. Se sientan en sillas rotas pero la predisposición es tal que la atención es como si todo fuera de lujo. Al lado tienen la cabina por si es necesario hacer un hisopado.   

Estación Claridad fue testigo de un día más de trabajo en el control policial y sanitario, esta vez en El Encón. El cronista de exteriores Mauricio Dávila junto al grupo GAM viajaron durante 120 kilómetros por ruta 20 hasta la localidad del departamento 25 de Mayo. Entre mate (cada uno lleva el suyo) y algunas anécdotas que algún día trascenderán, el inspector Cepeda y el agente Gómez anuncian la llegada a nuestro destino de trabajo. De una precaria casilla policial humea una pava eléctrica. Todos se ponen de pie, pertenecen a la División Tránsito, y con guantes de látex y barbijo saludan amablemente al periodista. Los que están afuera coordinan con el Comando Central porque cuatro vehículos con siete adultos van a cuarentena. Vienen de Buenos Aires y serán escoltados por una burbuja de seguridad hasta la terminal de ómnibus donde otro operativo sanitario espera esa llegada.  

Mientras, los camioneros descansan en la cabina de sus camiones y con una temperatura de 7 grados, un policía va y viene caminando por la ruta despertándolos pidiéndoles que “enciendan sus motores”. Está a punto de abrirse el paso. Cerca de las 9:00 am la fila superaba los 30 camiones. Algunos no dan las gracias por el aviso. Están enojados por la espera pero a su vez coinciden todos que, de esta manera no sólo están protegidos ellos sino los suyos. “Vengo de Buenos Aires y esto no existe” dice un transportista del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires); Detrás de él un mendocino se queja porque “en Mendoza tiene vigencia por 14 días el certificado del test rápido” a lo que el policía y de manera amable pero firme le contesta: “Amigo, acá se trabaja de otra manera, la vigencia del test es de 7 días y acá no tenemos circulación viral”. Mientras se calienta el motor y el compresor carga, vienen los primeros mates en la cabina que da lugar al primer despabilo del chofer que lleva largas horas en la ruta.      

También el policía les recuerda que deben tener a mano el DNI acompañado de su certificado de testeo o hisopado. Si esos documentos perdieron la vigencia viene el pinchazo o el hisopo por nariz. Molesta un poco y hasta la broma tiene lugar antes de ello. “De San Juan usted no se olvida más” le dice sonriente un sanitarista a un camionero santafecino que entre chiste y chiste intentó zafar del pinchazo. “Píncheme este dedo porque el otro ya parece un colador” dice el viajante. En eso la aguja ya hizo lo suyo y se concretó el IgM-IgG (test rápido). Entre que el hombre se levanta de la silla, tira el algodoncito en el tacho de basura y echa una mirada a lo que queda de ruta, el agente de Salud Pública lo llama por su apellido, le entrega DNI y certificado y buen viaje.

Hoy y hasta la tarea cumplida por el cronista de exteriores ningún testeo dio positivo, caso contrario se activa automáticamente el protocolo Covid-19.

Resultado de test rápido negativo.

Una ambulancia lleva al transportista al hospital de Caucete (en el caso de El Encón) donde se realiza un hisopado. El camión queda en un playón para ser desinfectado. El dueño de ese camión viene con un chofer que para entrar a San Juan primero será testeado. Si es negativo se sube al camión y lleva la carga a destino. Se aclara que ningún camionero toca el contenido de la carga ni en origen ni en destino. Son choferes de cargas, llevan y traen, llevan y traen.

Frente a la garita de control policial hay dos baños químicos para transportistas. En San Carlos y Bermejo lo primero y lo segundo es entre los yuyos.

Y uno pregunta si el intendente de 25 de Mayo vino alguna vez acá. Nadie contesta. Pero dicen que la mirada del policía no miente. El brillo del iris es revelador. Es que la casa que tienen los efectivos policiales dónde comen, duermen y se bañan (en algún momento de las 24 horas que tiene un día es necesario hacerlo) no da más. La conectividad es buena pero el confort del lugar, lo dejo a su criterio señor político.

Después de todo hasta el camionero les dice a sanitaristas y policías, “ustedes sí hacen PATRIA”. Por ellos mantenga la distancia sanjuanino, haga valer lo que no ve pero le digo que sucede!  

Viene Bermejo…

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