A 24 horas del anuncio presidencial en el que estira la cuarentena hasta el 10 de mayo, quedan en el ambiente más dudas que certezas. Una enorme mayoría de argentinos esperaba cierto reparo al desastre económico y financiero que la cuarentena ha causado. Veníamos muy mal y ésto ha sido el tiro en la frente para el cuentapropismo nacional. El presidente en su rol de profesor (situación que tiene enamorados a muchos) apareció nuevamente con sus filminas a explicar con datos algo que, según pude comprobar en estas 24 horas, cada uno entendió de manera diferente. Habló sólo de cuestiones sanitarias y no mencionó merma en los impuestos, dato que hubiera festejado todo el país.
En el medio de todo y en tono de tío consentidor de niños hastiados del encierro, despachó un dulce y esperanzador mensaje: «chiques sigan mandando sus dibujos», luego de haberse desubicado en el mapa de Argentina confundiendo algunas provincias. Mientras el tipo común pierde su innata libertad de trabajar y su derecho de andar tranquilo, existe una segunda linea de situaciones que pasan inadvertidas merced al exitoso protagonismo mediático logrado por la pandemia. Llegamos a mas de 4000 puntos de riesgo país, el dólar pasó los 110$, un kilo de carne picada vale 380 y la sanjuanina Peñafort vuelve a los 70 amenazando gravemente a la Corte. En Argentina hay jueces como Violini y funcionarios como Pietragalla que dejan libres a asesinos y violadores, los presos se amotinan y queman cárceles pidiendo derechos que perdieron cuando decidieron romper con la ley. Lo peor es que el gobierno «negocia» con ellos, la ley de víctimas es un adorno y justamente son las mujeres abusadas y los parientes de los asesinados quienes claman por las redes con la frase «No los liberen».
En otro orden y de manera inconsulta, Argentina salió del Mercosur con un congreso cerrado y cómplice, cuando es atribución de los legisladores decidir al respecto: «Corresponde al Congreso.. reglar el comercio con las naciones extranjeras, y de las provincias entre sí. – Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales…» (Art.75, incisos 13 y 22 de la ConstitucIón Nacional). La decisión del Gobierno argentino nos aísla aun más del mundo, desconoce una política de estado de décadas y suspende su participación por diferencias con Brasil, Paraguay y Uruguay. Los tres países quieren firmar tratados de libre comercio, pero nuestro Presidente se siente más a gusto con una economía bien cerrada estilo la cubana. Poco a poco el inconsciente colectivo empieza a admitir que el gobierno rija todos nuestros actos. Y como dice el Dr Fargosi: Cuidado. No hay que alegrarse porque te dejen caminar 500 mts. sino exigir que funcionen los 3 poderes. Que funcionen en serio.
La cuarentena que ahorca
Más de 130 millones de desocupados nuevos en todo el mundo por el coronavirus que tiene menos del 0,05% de mortalidad. Dicho así el dato duro en medio de tanta psicosis planetaria, es casi una condena a muerte para quien se atreva a enfrentar la tendencia mundial de experimentar pavor hasta por el estornudo de un gato a 2 kilómetros. No se trata de restar precauciones y cuidados al diario trajín. Se trata de ordenar la vida de la gente de tal manera que se pueda seguir funcionando, aunque distinto, pero funcionando. Si se puede salir a la calle y hacer eternas filas para pagar impuestos y servicios, bien puede permitirse funcionar cualquier actividad. Incluso a Jasón de Papelería Salomón a quien le clausuraron su negocio por vender insumos descartables cuando el servicio a casa está en pleno auge incentivado por el gobierno.
Desde un comienzo sostenemos que la gravedad de la cuestión argentina requería atención prioritaria en dos aspectos luego de haberse decretado el aislamiento social y preventivo hace más de un mes: No presentar como elección excluyente la Salud y la Economía por un lado, y por otro insistimos hasta el cansancio (a veces en solitario) en los testeos masivos. Pasado más de un largo mes de encierro y restricciones mayormente respetadas por la asustada población argentina, la cuarentena al parecer va a estirarse cuanto más se pueda. Es a todas luces, el enigmático plan de gobierno que tanto tardó en mostrar el presidente y que asoma como inmediato argumento. Mientras la gente está en su casa «resguardada» del virus de miedo y muerte, la economía rompe amarras y eleva su curva hacia niveles cercanos al desastre. La pandemia le allanó el camino al presidente para hollar libertades, derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos que aceptamos sin siquiera debatirlo en un Congreso ausente y un Poder Judicial que observa casi todo detrás del mostrador. A esta altura, flexibilizar la feria judicial pasa a ser una necesidad imperiosa en defensa del Acceso a la Justicia. No hay razón de continuar la feria en todo aquello en que se pueda acceder en forma remota. La legitimidad de estirar la cuarentena la han dado los gobernadores por consenso lo cual si bien es importante, no concede legitimidad. No existe ningún órgano institucional que sea «el presidente y los gobernadores» y no tiene importancia jurídica si no sale de acuerdo a lo reglado por la constitución. La política no está por encima de la ley.
El aliciente radica en que el Presidente se mostró más flexible a la hora de conceder una puntada más de independencia a las provincias. En San Juan, el gobernador Uñac acaba de dar precisiones de los protocolos para las actividades que se agregaron: Peluquerías, barberías, profesionales y trabajadores de casas particulares.
Ahora pensar en la etapa de aislamiento que viene, configura un enigma porque no se puede prever la reacción de la gente. A este ritmo la cuarentena va a durar hasta que las personas se cansen, no den más y digan «Basta». Los incentivos de la mesa política del gobierno nacional, al igual que los del grupo de científicos que asesoran en materia médica, apuntan a estirarla tanto como sea posible. No instamos masivamente a romper el aislamiento, lejos es nuestra intención. Pero es hora de hablar de una salida ordenada de la cuarentena con todos los recaudos sanitarios necesarios, tal como lo están elaborando cada uno de los apaleados sectores con protocolos adaptados a sus labores. El mundo muestra que el aislamiento es preventivo y el testeo da certezas para elaborar una planificación adecuada adaptada en cada región. Los emprendedores cuentapropistas se quedaron sin oxígeno y saben que la crisis económica también mata. Los mandantes se están manejando como si no hubiera un mañana y fuera éste nuestro único problema. Es solo salir a la calle y ver cómo cada vez hay más gente intentando encontrar una manera de paliar el hambre de su familia, eludiendo retenes policiales y temerosos de pagar con su libertad futura la desesperación de hoy. Eso sumado a la desigual postura frente a la crisis, donde los estratos del Poder Nacional siguen enamorados de sus privilegios, tal que descarada y públicamente han declarado no entregar ni un gramo de su sueldo como gesto solidario. Pocas provincias, entre ellas la nuestra, han relegado un porcentaje de sus haberes como gesto de colaboración ante la crisis.
Vamos, que sólo se trata de trabajar equitativamente para protegernos del virus y del plato vacío porque los dos nos arrancan el oxígeno, los dos ahogan…nos ahorcan y causan la muerte.
