Nota de opinión

OSSE: la gota que rebalsó el vaso

El Colapso de una empresa vital y sus consecuencias en la vida cotidiana de los sanjuaninos

Antes de leer estos comentarios, le pido que abra un grifo de su casa, el que tenga más cerca. ¿Sale agua?

Si tiene servicio, dese por satisfecho y cuide. Si del surtidor no sale nada, su caso es uno de los cientos de miles de toda la provincia. La reducción o la falta total del servicio de agua potable ha condenado a un importante número de la población sanjuanina a escribir desde hace meses una  página penosa y denigrante. Como dice Francisco: la falta de agua potable es una vergüenza para la humanidad. El agua es la base de lo cotidiano, al levantarnos nos lavamos la cara, vamos al baño, nos aseamos, y luego cocinar, lavar ropa, atender enfermos, dar vida a un jardín o bañar el perro. El agua es todo, nos se puede vivir sin ella  y es literal.

Los reclamos sostenidos de la comunidad caucetera, abrieron fuego para desnudar una situación que podía preverse desde hace tiempo, porque la población creció en densidad y en nuevas viviendas, pero la empresa en cuestión sólo tomó medidas de corto plazo. OSSE sufrió un mal crónico durante varios años y fue la ausencia de una dirección con autoridad que debió ordenar el caos y los evidentes malos manejos del presupuesto, de los bienes y del personal.

Debe evaluarse urgentemente a quienes están a cargo de direcciones vitales como el «Servicio Aguas», donde había personal de años que manejaba perfectamente la sección en base a su experiencia, y fueron reemplazados por técnicos que siguen intentando solucionar la sequía desde su ordenador. En todo caso «los nuevos» debieron acompañar a los que saben, pero jamás reemplazarlos. Otro tanto sucede en «Servicios», donde se trasladó desde «Proyectos» a alguien que se venía desempeñando correctamente, dejándolo al frente de un día para otro nada menos que de todo el tema agua y cloacas sin la experiencia suficiente. Sólo por dar algunos ejemplos del desconocimiento con el que se toman decisiones erróneas que desembocan en obras no realizadas o mal planificadas.  Echaron personal y ahora  pagan juicios millonarios que dejan las arcas sin dinero (ni para sueldos) cada vez que sale uno a favor de los despedidos. 

Temas no menores son los lujos innecesarios y el  despilfarro de la cosa pública. ¿Cuál es la premisa desde la que  OSSE destina tantísimo dinero en la compra de camionetas full 4×4 de alta gama? ¿Hay necesidad? Todos saben que varias de ellas son tomadas como propiedad privada de personal jerárquico que la usa hasta para llevar a su familia de vacaciones. Desde que la unidad ingresa como bien patrimonial a la Empresa, se convierte en un caro souvenir; una suerte de privilegio aceptado por años pero que resulta inaceptable, bajo, vil y mezquino a ojos del común denominador. Cada 4×4 equivale al valor de una nueva perforación. Desvíos de dineros que no permitieron formar un stock de bombas para poder reemplazarlas cada vez que se produce una avería. Hay que sacar el elemento que dejó de funcionar, trasladarlo y repararlo. Luego, volverlo a colocar. Todo ese tiempo la gente queda sin agua. En Pampa del Chañar (Jáchal) sucede exactamente eso.  Asimismo, (entre otras tantas otras situaciones similares) es urgente revisar enormes gastos como los de telefonía y dónde van a parar los vales de combustible, que muchas veces son entregados a mansalva, haciendo gala de una falsa caridad con plata ajena. 

Sabemos que el panorama hoy es desolador, que las obras debieron proyectarse 6 años atrás cuantimenos. Si se hubiesen programado los gastos y ejecutado proyectos, no quepan dudas que la crisis no sería tan profunda. La planta potabilizadora de Marquesado hace años que es insuficiente para proveer a toda la provincia. El interior no está libre de penas húmedas. En Las Flores hace tres meses que padecen deficiencias en el servicio. Propietarios de cabañas debieron cancelar todas las reservas hasta fines de enero al menos. Las zonas más apaleadas por la falta de agua para consumo son Caucete, Albardón, Pocito, Rawson, algunos barrios de Capital, Iglesia y el eterno problema que desde siempre suelen representar las Uniones Vecinales que se «hacen cargo» de la provisión del agua. Situación que debe evaluarse con urgencia para redefinirla y actuar en beneficio de la gente. 

Resumiendo:

OSSE sufre desde hace tiempo una interna feroz, que hasta por momentos suena a conventillo barato. Hay que cortar eso de raíz.

Se deben controlar gastos.

Ser inteligente en armar una lista de personal idóneo y laburante, una cuadrilla de seres capaces y empáticos más allá de compromisos políticos y cuestiones amistosas. Hay elementos humanos desperdiciados y que pueden ayudar en la estrategia, desplazados por egoísmos e insensateces. La nueva autoridad debe ser en sí misma una esperanza pero con la firme decisión de hacer lo que sea necesario para revertir ésta apremiante situación.

Viene el Acueducto Gran Tulúm y se debe ser claro desde un primer momento, cuidar cada detalle y alentar la idea de que con él, habrá vida para el San Juan del futuro. Pero el futuro se adelantó y es ahora, no hay mas tiempo.

La última gota rebalsó el nivel de aguante y tolerancia…

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