San Juan

En la iglesia de Santo Domingo se recordó a las víctimas del terremoto de enero de 1944

Con motivo de cumplirse 76 años del terremoto del 15 de enero de 1944 en San Juan, en la iglesia de Santo Domingo tuvo lugar un oficio religioso en memoria de las víctimas del sismo.

En su homilía, monseñor Domínguez dijo que el terremoto de 1944 marcó un antes y un después en la historia de la provincia. En menos de un minuto la ciudad de San Juan quedó transformada en escombros, muertos, angustia, dolor y plegarias.

«Nos reunimos para rezar en memoria por las 10 mil víctimas que se fueron de golpe y hacer memoria agradecida por esos miles y miles de samaritanos, sanjuaninos y de otros lugares que se pusieron la tragedia al hombro para socorrer a los damnificados y volver a levantar la ciudad», señaló.

El prelado agregó que hacer memoria no es un simple recuerdo nostálgico de formalidad social. Se trata de la memoria del corazón donde se forja la identidad, donde se forma el compromiso y se transforma en un acto trascendente.

En otro pasaje de su prédica, Domínguez indicó que la memoria deuteronómica, de la cual habla frecuentemente el Papa Francisco, nos permite acceder a la identidad más simple, que es nuestra identidad como sanjuaninos.

«Nadie puede dudar de que los sanjuaninos han quedado marcado por el terrible suceso del terremoto que ha forjado la identidad más propia de nuestra gente; marcada por el dolor pero también por la capacidad de reponerse ante la adversidad. Es innegable que ningún sanjuanino se quedó llorando ante las ruinas, paralizado ante tan dantesco espectáculo», afirmó.

Las imágenes y las crónicas de la época nos han dado una idea de lo ocurrido pero lo que nunca podrán reflejar es el dolor, la angustia, la perplejidad, el desconcierto que ha causado el terremoto en el corazón de esos protagonistas. Tampoco podrán reflejar la corriente de solidaridad que comenzó esa misma noche.

El obispo auxiliar de la provincia enfatizó que es necesario hacer memoria, tomar conciencia y confianza de que si San Juan pudo aquella vez recuperarse; también hoy es posible tomar los valores de solidaridad y de fortaleza, de fraternidad y de compromiso para poner nuestras vidas al servicio de tantos hermanos que nos necesitan.

Domínguez añadió que si los sanjuaninos perdieran la memoria perderían su identidad y por eso es conveniente transmitir a las nuevas generaciones las riquezas de nuestro pasado y nunca olvidar lo que pasó el 15 de enero de 1944.

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