Un sindicalista sitió un municipio y cercenó derechos

El dueño del sindicato de los obreros municipales que por años no da lugar a la alternancia en el poder gremial que ejerce sin reparo alguno, no tuvo mejor idea que ordenar colocar cadenas a dos de las puertas principales de la Municipalidad de la Capital. El sujeto es abogado y de leyes entiende. “Vino a que lo metan preso pero ni aún así logró captar atención”, dijo un empleado municipal.

A los gritos y con un parlante, el letrado se instaló en la sala de espera administrativa que el municipio tiene en su planta baja. Supuestamente fue a reclamar errores en la liquidación de haberes a los empleados de la comuna pero lo sorprendente es que la “protesta” no contó con el apoyo de los empleados a quienes dirige. Tan es así que sobre las 13 horas de este miércoles, los empleados del área Servicios Públicos llegaban hasta el municipio a entregar el turno normalmente. Sí se advirtió una sola mujer que se ató con cadenas a la entrada principal lo que pasó inadvertido.

A los fines preventivos hubo presencia policial que estuvo por algunos minutos para garantizar el normal tránsito de personas que habitualmente asisten a la comuna para realizar sus trámites. En este sentido en ningún momento se cortó la atención al público aunque aquellos que pretendían ingresar al palacio municipal lo tenían que hacer por calle Mitre.

De esta manera y D´amico en casi absoluta soledad continuaba gritando y alzando su voz contra su enemigo público número uno, José Villa, secretario general del gremio UPCN. Al líder gremial que representa la casi totalidad de empleados municipales lo trató de “usurero” y cuanta calificación se le venía a la cabeza.

Cansado de balbucear el hombre se retiró y se presume que este jueves haga lo mismo pero en la municipalidad de Santa Lucía.