Tras el resultado de las elecciones del 11 de agosto, Pichetto y Elisa Carrió se mostraron convencidos de las chances que tiene la fórmula que encabeza el presidente Mauricio Macri de ingresar en el balotaje. Sin embargo, ese mensaje y las formas parecen haber generado una grieta en Juntos por el Cambio.

En ese marco, el candidato se manifestó en contraste con «algunas visiones de depresión». «La política implica eso, la posibilidad de no resignarse, de dar la pelea, de no darse por vencido ni aun vencido, de que la pelea que se pierde es la que no se da», aseguró.

«Hay que pararse con convencimiento porque esta elección puede ser distinta; no digo que sea fácil, pero hay que mantener las ideas», agregó.

Más adelante, descartó las versiones que indicaban que buscaría un lugar en la Auditoría General de la Nación en caso de una derrota en octubre: «Ese comentario no me hace ningún favor, yo he tenido un ciclo largo en la política, tengo 18 años en el Senado y las cosas se terminan; no dramatizo».

«Si perdemos, no voy a dejar la política, lo voy a hacer desde afuera del cargo público, voy a seguir comprometido con el conjunto de ideas que quise mantener dentro de mi partido y no pude porque ganaron otras visiones del pensamiento mágico, del modelo de igualitarismo estúpido que nos lleva al fracaso», añadió.

En ese marco, explicó además que le gustaría participar de un debate con Cristina Kirchner. «La señora tiene ideas que atrasan», dijo. E insistió: «En mi opinión, es importante fortalecer al Gobierno dando la pelea electoral, en una discusión de ideas, de proyectos de país».