Nadie sabe dónde fueron los millones de UDAP

Por estas horas los aún miles de afiliados de UDAP se preguntan porque la farmacia del gremio (calle San Luis antes de avenida España) es tal vez una de las más tristes postales que por años administró el clan López – Lucero. Por lo general un clan es una comunidad familiar unida por negocios y en este caso es la temida y sospechosa sociedad que supieron sellar y hacer caminar firme por años Graciela López y Luis Lucero.

La lista Naranja, Unidad Docente que teóricamente postulaba a Silvana Correa y a la que el clan supo bajar de un plumazo, se oponía a ciertos manejos que hoy evidentemente dejan ver ciertos desfasajes. Es que en la contienda pasada la Junta Electoral de UDAP decidió darle de baja a la lista opositora para romper la interna y que la oficialista lista Celeste (Sentir Docente) sea la única opción en las urnas.  

Y esas son las cosas que tiene este país y esos manejos espurios propios del sindicalismo argentino. Gobernar un gremio por años sin oposición alguna y que por una coma mal puesta una Junta Electoral tache con la lapicera del poder la posibilidad al menos de saber un poco más del gran agujero del gremio docente.

No saber el afiliado donde va su cuota sindical y que al momento de algún faltante en el nombre de la crisis todo se esfuma en cuestión de horas y encima con despidos, que al preguntar quién controla la respuesta sea la Dirección de Personería Jurídica y que aún así el aportante no entienda porque su remedio no llegó o echarle la culpa al dólar, no hace más que agrandar el agujero.   

Pero nadie sabe encontrarle la punta al ovillo negro de UDAP. Cuando se consulta, la palabra crisis no deja de sonar siendo que hace un mes y según el secretario general del sindicato de Farmacias dijo “Lucero me prometió que en su gestión los despidos no iban a tener lugar”.

Lo cierto es que hoy el gremio amaneció a puertas cerradas por la protesta que encabezaron los 12 despedidos de la farmacia a quienes no les cierran las causas de sus despidos. La gestión dudosa del clan genera además éxodo de afiliados y ayuda al poderoso UPCN de José «Pepe» Villa a romper la barrera de los 20 mil afiliados teniendo hoy más maestros afiliados que el propio UDAP.